Simon Contra (La Portella, el Segrià) se inscribe dentro de la genealogía de artistas que se interesan por lo espiritual, esotérico y oculto. Mediante la pintura, el vídeo y la instalación, Contra revisa, reelabora y crea iconos religiosos y paganos, misterios tecnológicos y mundanos, devociones personales y sociales. Y lo hace con una sensibilidad que es a la vez mística, tecnológica y popular. O sea, su espiritualidad es elevada y ordinaria; sus proyectos tecnoartesanales visitan el pasado y el futuro, y sus temas se nutren de la cultura tradicional y de masas.
Apostando por un expresionismo sin remordimientos que no renuncia al humor, la ironía y la sátira, el artista desvela la homofobia de la Iglesia i manifiesta sus contradicciones; dialoga con obras maestras de la pintura para cuestionar el racismo y apelar a la hermandad; construye santuarios que invitan a la introspección y a la conspiración; practica exorcismos y resucita...a dictadores para evidenciar la pervivencia del fascismo; fabula sobre mundos, recrea artefactos enigmáticos e imagina fenómenos paranormales; reconstruye hechos para dar valor al patrimonio natural, cultural y artístico; realiza fórmulas alquímicas para inmortalizar mitos de la cultura pop y LGTBIQ+.
«Misticismo tecnopop» es la primera exposición individual del artista leridano Simon Contra. Reivindicar su figura en una institución como el Centre d’Art La Panera obedece a cuatro motivos. El primero, la calidad, innovación y rigor de su obra, la cual se alimenta de su rica cultura visual y musical, y de su formación en Bellas Artes e Historia del Arte. El segundo, su misticismo folclórico, que desafía una modernidad capitalista, que, históricamente, ha considerado que la creencia en los espíritus es contraria a la fe en el progreso y a los valores racionales, empíricos y tecnocientíficos que han conducido al colonialismo, al patriarcado y al desastre ecológico.
El tercero, la defensa del lenguaje naíf, que canaliza su percepción extrasensorial y cuestiona un arte contemporáneo elitista dominado por la pureza formal. Por último, su orientación futurista, que se centra en proyectar imaginarios y rechaza miradas nostálgicas. La disposición de los veintisiete proyectos que incluye la muestra sigue la espiral áurea, una proporción perfecta hecha con un número irracional.
Entrada actualizada el el 24 mar de 2023
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