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La artista japonesa Miwako Yamaguchi cierra la temporada de la galería de arte Aitana de Burriana (Maestrat 1 A) con una exposición de sus últimos trabajos que se pueden ver desde anoche. Esta veterana pintora de la sala propone en esta ocasión una muestra heterogénea donde asoman algunos de sus temas más característicos. La exposición de esta pintora nipona podrá visitarse hasta el próximo 24 de agosto en horario de martes a sábado de 11.00 a 13.30 y de 18.00 a 20.30 horas. Al final de la exposición la galería sorteará un cuadro de la artista entre todos los asistentes.

Miwako Yamaguchi se formó en su país de origen, Japón, pero muy pronto viajó a Europa atraída sobremanera por la pintura occidental. Conoció en directo artistas de referencia como ... Cezanne en París y, más tarde, Velázquez en Madrid. De nuestro país quedó prendada y ya lleva 40 años viviendo en Murcia. Su taller a orillas del Mediterráneo es su constante fuente de inspiración.

Sin perder la esencia de la pintura plana y de la larga tradición de la tinta china Miwako Yamaguchi ha ido evolucionando en su pintura ganando en volúmenes. 'Engordando' como a ella misma le gusta decir. La falta de volúmenes de la pintura oriental era una asignatura pendiente para Miwako que poco a poco ha ido superando con maestría. 'Ahora siento que estoy volviendo de alguna manera al origen de mi pintura. No lo hago forzando, sino que surge de manera natural', afirma la creadora.

Además de ganar en corporeidad su paleta también se ha metamorfoseado con la intensa luz mediterránea. La luminosidad de amarillos casi fosforescentes, ocres, azules intensos o rojos sangre sobre el omnipresente negro salpican esta exposición.

Respecto a la temática Miwako Yamaguchi muestra varias series o familias con las que trabaja alternando los formatos en un juego de ritmos muy sugerente para el espectador que visite la sala. Figura humana, flores, peceras y sillas vacías son algunos de los motivos más repetidos.

La pintura de Miwako Yamaguchi es una búsqueda constante del efecto pictórico, sin prestar demasiada atención al motivo, siempre secundario. Le seduce la forma de una silla o una pecera fundamentalmente por la construcción de la forma, su verdadera pasión. De trazo seguro y fuerte, gran personalidad, dominio del dibujo, color y texturas, su pintura resume gran parte del lenguaje pictórico contemporáneo.