Juan Gugger y Constanza Piaggio, con sus respectivos medios (escultura y fotografía) intervienen el espacio de Plateforme (y más allá) ensayando correspondencias y continuidades entre naturaleza y lenguaje. Por un lado, proponen las rocas como escritura inagotable, con origen en tiempos inmemoriales. Por el otro, la civilización como campo de batalla de una geología artificial que sedimenta y modela la historia occidental.
El proyecto escultórico de Juan Gugger comienza con las “Trovants”. Un conjunto de piedras que se encuentran en Costesti, Rumania. Estas piedras se mueven, crecen y se reproducen desde hace 6 millones de años, mediante un proceso aún no del todo claro para la ciencia. La práctica de Gugger se sumerge performativamente en el territorio ambiguo entre lo vivo y lo inerte (las Trovants son consideradas “formas de vida inorgánicas”). El artista concibe el taller como un espacio de ficción, desde el cual imagina la escultura como cuerpo...sin órganos que se alimenta de la lenta intensidad del presente. Sus esculturas se comportan como eslabones que señalan la continuidad entre arquitectura y tierra, entre lenguaje y silencio radical. Los mismos materiales en las paredes de la galería (yeso, concreto reforzado) y los que circulan en la calle (cardboard, styrofoam), componen estas rocas semi-antropomórficas, sedimentadas y erosionadas artificialmente.
Constanza Piaggio presenta una selección de fotografías y collages inéditos, realizados en diferentes formatos durante los últimos dos años. Estos ejercicios evidencian su interés sobre la práctica fotográfica como un modo de comportamiento ante estados del mundo. La velocidad de la producción se desdibuja ante la complejidad y el tiempo de los procesos geológicos. La yuxtaposición de fotografías de pinturas y fracciones de naturaleza, señalan relaciones entre acción humana y naturaleza. La fotografía es el soporte exhibe imágenes analógicas de gran escala de violentos conjuntos rocosos en Bayonne, que parecen manifestar que incluso en lo petrificado no hay pausa, sino fuerzas en movimiento. La precisión del color, foco y calidad de la imagen, casi hacen desaparecer el medio, para maximizar el “realismo” de los objetos fotografiados. La naturaleza física del procedimiento analógico, pretende transcribir casi sin mediaciones los complicados detalles de las piedras, que escapan a toda posibilidad de cálculo o imitación.
Por otro lado, Piaggio exhibe por primera vez una serie de fotografías tomadas en 35mm, donde despliega un procedimiento completamente inverso. Estas imágenes ensayan genealogías en las convenciones pictóricas y fotográficas. Focalizando la búsqueda en el movimiento y el color, Constanza llega a un grado de abstracción parcial, donde apenas se reconocen los elementos fotografiados.
El conjunto de piezas se completa con dos pequeñas fotografías intervenidas de la serie que da nombre a la exhibición (Sharp Memories). Estas piezas ensayan un movimiento intermedio: entre la superficie y la representación. En esta serie la figura humana hace su aparición y nos recuerda sus consecuencias en el paisaje. Los vacíos en el medio y la imagen nos hacen reflexionar sobre la fragilidad de esta belleza natural alterada. Los cortes hablan de un desgarro, una suavidad frustrada por la nostalgia del paraíso perdido. En la aparente calma el conflicto irrumpe en escena.
La propuesta de la exhibición adquiere una dimensión especial en el presente. El contexto de la pandemia, que también se expresa en una nueva etapa del capitalismo algorítmico y el conflicto social. El silencio de la naturaleza finalmente se impone ante al lenguaje con todo el peso de la realidad. La exposición releva e imagina relaciones complejas entre naturaleza y artificio. Propone una dramaturgia emocional para repensar los conceptos de historia, cultura y sociedad como procesos íntimamente comunicados con procesos naturales.
Entrada actualizada el el 08 oct de 2021
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