Desde el 5 de octubre en AMA, Italo Chiantore nos propone una paradoja: 'Si quieren emociones, miren mis máquinas'. A pesar de la aparente contradicción no se equivoca. Pocas cosas revelan la presencia humana como las máquinas. Son su creación y su espejo. Las máquinas de Italo, fabrican emociones.

La seducción que ejercen se sostiene tanto en la hipnosis rítmica del ciclo como en la añoranza del juego infantil. En algunos casos sus movimientos atraen por corpóreos, por humanos (El vientre de una madre acariciado por su hijo aún no nacido, un dificultoso funcionamiento pulmonar) en otros por la contundencia de lo inevitable, eso que sabemos que va a suceder, VA A SUCEDER y nada podemos hacer para impedirlo, simplemente va a pasar...

¿Angustia?... y sí.

Con elegancia, sutileza y profundo sentido estético ... Chiantore pone en primer plano la belleza pura del ingenio humano, tanto como ilumina lo que muchas veces preferimos mantener en penumbras.