De una cultivada, audaz, chic e irónica cabeza nace la obra de José Llanos. Lo afirmaba Alvaro Matximbarrena, comisario de la última exposición de Llanos en 2005 en Casa Asia, Barcelona, junto con otros dos artistas vascos. Matximbarrena también había dirigido su exposición Bera da / Es él. La historia del muchacho tolosarra 22 años después presentada en verano de 2003, en el Koldo Mitxelena. Como un paraíso definía su trabajo, “porque la obra de José Llanos casi siempre revisa la historia ya sea remota o cercana. Observa y retrata; mezclándolo todo construye a su antojo una nueva realidad llena de sutilezas, filigranas, barbaridades y un más que bien sembrado humor. Aplica grandes dosis de maestría y no deja que nada se tambalee. Con qué impresionante destreza y agilidad mental aborda los temas que decide tocar!. En definitiva su obra abre un espacio peculiar, no ... frecuentado, en el panorama del arte contemporáneo actual. Es independiente y rotundo”.

Museo imaginario nos presenta de nuevo a un José Llanos, que digiere su experiencia y nos la regala generosamente. Hiperrealista en el detalle, imaginativo y refinado, Llanos trae a ARTEKO el recreamiento en sus trazos y estructuras, los acabados minuciosos de ladrillos y adobes y las tersuras, rugosidades y texturas de paredes y piedras de sus últimas obras. Al observar sus Murales, Cajas y Vitrinas, nos encontraremos como en un sueño; en uno de esos lugares en los que disfruta el artista poseído por las arenas del desierto, por el encanto del Nilo y por sus piedras. También hallaremos en museo imaginario una selecta biblioteca de sus innumerables libros con hojas que atrapan viajes, emociones, escondites y recuerdos porque él se emplea a fondo en estos libros, y cuando uno los abre, se sumerge en los aromas de los lugares en los que José Llanos vive.