Si la pátina es el efecto del tiempo sobre el bronce, aquí el enturbiamiento de la superficie escultórica es buscado por el artista. Mientras los amantes enroscados de Ain Sakhri -la escultura más antigua que se conoce de dos figuras teniendo sexo- sobrevivieron más de 10.000 años al estar talladas en piedra, el desmembramiento de los cuerpos de Nicolás no acarrea una promesa de fertilidad; ni descendencia ni trascendencia. Nuestra memoria cultural dice que el yeso y el hueso vienen, o se convertirán, en polvo. Sin embargo, investigaciones arqueológicas recientes encontraron cuchillas dentadas del mismo período que estaban talladas en huesos humanos. Articuladores del cuerpo, armas y herramientas a la vez, los restos óseos condensan la tensión permanente entre construcción y destrucción como correlato de la vida y la muerte. Fragmento el texto curatorial por Leandro Martínez Depietri