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Llega al CAB la boliviana Narda Alvarado, perseguidora de un arte capaz de suturar las fracturas entre creación y vida, y entre individuo y tecnología, basado en el pensamiento como materia transformadora.

Artista conceptual de lenguaje directo, autodidacta inconformista que profundiza en las intersecciones entre arte, poesía, filosofía, arquitectura y tecnología, Narda Alvarado (La Paz, Bolivia, 1975) cuenta, a pesar de su juventud, con una carrera internacional cuyo vuelo ascendente tiene dos buenos ejemplos en su presencia en las bienales de Venecia y Sao Paulo.

En la propuesta que traslada al Nivel 1 del CAB, Alvarado mezcla dibujos de líneas muy claras, de indudable inspiración pop y una gran eficacia semántica, con vídeos y animaciones relacionados con el entorno económico, social y político en ... el que vive, un diálogo de lo digital y lo artesanal a través del que da rienda suelta a su ironía y su sentido crítico.

Pero la verdadera materia prima con la que trabaja la artista es el pensamiento, las ideas como material de construcción del producto artístico, un material que no se integra tanto en la fisicidad de la pieza cuanto en el propio proceso generador del impulso creativo: para ella, la importancia de la idea está por encima de la materialización de la obra. 'Me interesa la diferencia existente entre hacer arte y producir obras de arte. Busco convertir mi pensamiento en arte y éste en un modo de vida que se adecue a la pluralidad de mis intereses (que no deseo limitar) y a las necesidades de mi sociedad', explica la creadora boliviana.

Alvarado usa el arte como una herramienta para pensar el mundo e investiga mediante diferentes medios conflictos artísticos, existenciales, culturales, convencida del alcance del pensamiento artístico y de su capacidad de transformar al individuo. La propia artista lo explica así: 'Las preguntas que me inquietan últimamente son: ¿Cómo vivir el arte en el siglo XXI? ¿Qué implica hacer arte en la actualidad? ¿Cómo reconoce el artista lo que es significativo para su práctica? ¿Cómo sería un arte que suture las fracturas entre arte y sociedad, arte y vida, y entre individuo y tecnología?'.