En el marco del compromiso social contemporáneo, la escultura, como otros medios de expresión, quieren y deben hacerse eco de aquello que les es más afín, de lo que preocupa de forma global al ser humano, a nosotros mismos. Una escultura activista que se involucra y participa de las distintas situaciones del ser humano frente aquello que no hemos buscado pero que, por razones que casi nadie llegamos a entender, nos vemos involucrados de forma directa. La evolución y la aceleración en los procesos post-tecnológicos están condicionándonos nuestras vidas, nuestra cultura, nuestro compromiso social, nuestro bienestar y que a la vez se está viendo alterada nuestra forma de vivir, convivir, estar, sentir, conocer, saber...
Esta involución social nos retrotrae a aquellos logros sociales conseguidos por nuestros antepasados más recientes. Y para no perderlos, éste es uno de los objetivos que debemos plantearnos en base a la reflexión de esta propuesta escultórica....Hablamos del recorrido narrativo involutivo, donde el ser humano se ve reflejado mediante entornos y contextos arquitectónicos en los distintos estados del devenir social, haciendo que esta propuesta sea lo más globalizadora posible, ya que gran parte de los seres humanos de nuestro Occidente se ven afectados, tanto de forma directa como indirecta, por la situación contemporánea de una crisis de valores, de identidad...
Por ello se adquiere el compromiso de reflexionar sobre este particular mediante el lenguaje no verbal que la escultura nos ofrece, siguiendo un recorrido narrativo de las diversas situaciones del ser humano frente a estos condicionantes contextuales que nadie hemos querido ni buscado y que la propia sociedad autoimpuesta por nosotros mismos nos ha llevado a esta situación. Utilizando los códigos visuales propios de la escultura contemporánea se habla, en primer lugar de un ser humano en su entorno urbano metafórico artificial y constructivo donde aparece un ser relajado, disfrutando, despreocupado, lo encontramos en situaciones cotidianas de conformidad social. Esta fase da paso a una cier ta intranquilidad donde éste quiere frenar la involución, en un intento de detener el avance de esos muros y rejas que se las ve venir, para posteriormente plantear al espectador varias actitudes donde el ser humano intenta cambiar el rumbo de su devenir, o no. Me refiero al modo de afrontar y posicionarnos frente a esta realidad encontrándonos con ciudadanos que rehúsan enfrentarse con la realidad y huyen, metafóricamente, del contexto social; otros, los conformistas, que se representan en situaciones cotidianas y viendo pasar lo que acontece a su alrededor sin tomar parte ni acción con nadie ni contra nada. Otras de las piezas que recorren esta reflexión son donde aparecen los referentes figurativos que afrontan la realidad con un intento de desligarse de las ataduras y romper el muro que impide la involución ilógica del entramado social contemporáneo. Y por último, las esculturas que se hacen eco de las desocupaciones de los espacios habitables, donde el referente figurativo aparece al borde del abismo en una situación preocupante y comprometida con su entorno más próximo y vivencial.
En base al planteamiento expositivo y la sucesión narrativa de obras se pretende establecer cronológicamente los acontecimientos de nuestro más reciente pasado y tras la reflexión, saber cómo afrontar nuestro presente e incluso anticiparse para establecer unos parámetros convivenciales futuros.
Imágenes de la Exposición
Moisés Gil
Entrada actualizada el el 24 jun de 2014
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
