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Dieciséis artistas componen la muestra 'Nocturnidad y alevosía digital'. Un planteamiento expositivo de fotografía y gráfica digital. Sus obras, resueltas en dimensiones de 90x90cm, recogen la realidad con rasgos de virtualidad y dan veracidad a la ficción.

En el creciente desarrollo tecnológico, la fotografía reclama su significativo lugar en las disciplinas visuales y audiovisuales, siendo uno de los componentes primordiales en la creación contemporánea. De este modo, nos acostumbramos a la riqueza de las composiciones, al experimento y a la sorpresa, a la imagen pura; a su crudeza y a su arrebato.

Por su parte, la gráfica digital, heredera de la electrografía, dejó de ser apreciada más por su procedimiento innovador que por sus resultados. La gráfica digital encontró su propia ruta, madurando -de la mano de otras producciones digitales- dos de los grandes puntos en discusión en torno a ella: reproductibilidad técnica y conservación (manipulación). Tópicos, cuya vinculación con las nuevas tecnologías hicieron de los nuevos procedimientos de la imagen una práctica apenas en observación y, al mismo tiempo, una promesa de cambio en el objeto y sujeto de culto.

En este sentido, tanto la fotografía como la gráfica digital se sitúan más allá del puro reconocimiento. Ambas formas visuales tienen en común la noción de información. Por esta razón, la asimilación del medio digital es fundamental en la apreciación de la situación del arte actual.

Sin embargo, hay que puntualizar que las nuevas tecnologías no son sólo herramienta y maquinaria para imprimir imágenes y ?acomodar? la realidad. El medio binario es información (datos), el código representado en la interacción de las imágenes con el contexto, el artista y el usuario/espectador.

Por estas razones, no hay que olvidar que un nuevo medio nos sitúa, además, en la reflexión crítica del mismo y debe ser inspiración de contenidos innovadores que nos inviten a avanzar hacia la libertad de las formas electrónicas; la concepción de nuevos organismos y pasajes mentales donde la subjetividad de los imaginarios del siglo XXI encuentra su mejor soporte y aliado en la propia virtualidad.

Fotografía y gráfica, amantes inseparables en publicidad, arte y diseño, referentes mutuos e inspiración de experimentos visuales así como obsesión de cinéfilos. Ambas prácticas se comunican en esta muestra, contribuyendo a una visión del mundo abstracto e influyendo en el nuevo mapa cognitivo de una cultura mediatizada.

Sara Malinarich

Comisaria