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Antes incluso de haber visto su trabajo, rehusando una interpretación singular, Nano nos avanza lo que nos espera. Un exceso intencionado de sentidos, deliberadamente ambiguo, relacionándose de manera intencionada, juguetona, con las palabras (a la vez que con la imagen).

Nuevas Buenas Nuevas, una frase secular de equivalente tendencia religiosa relacionada con lo sagrado y lo comercial en igualdad de medidas, una conexión que Nano ha querido que sea tan obvia como abstracta, una conexión frágil cuya inherente rareza él acoge, tanto en el mismo título como en los artefactos presentados.

Las figuras y formas que Nano nos muestra, estando al mismo tiempo relacionadas y separadas, funcionan en conjunto sin embargo no sabemos cómo, ni siquiera por qué. Globos estrujados unos con otros de forma aparentemente imposible, su flexibilidad y fragilidad empujados al mismísimo filo. Figuras desencarnadas entrelazadas con los famosos patrones y colores de Nano, figuras que residen dentro de espacios etéreos, singulares. Instalaciones y esculturas que desafían toda lógica, aun así permanecen extrañamente familiares, extrañamente en nuestra memoria.

Y una vez más como en el título, lo que el trabajo de Nano exhibe es un humor retorcido, el sin-sentido que tanto le gusta. Lo que todos siguen es a LeWitt y su ruego de 'Stop it and just DO!' (Para y simplemente HAZ!), 'Do more. More nonsensical, more crazy'... ('Haz más. Más sin-sentidos, más locura')...

Esto es lo que nos trae Nuevas Buenas Nuevas, un recordatorio de que el significado de una pieza es solo una parte del todo y los sentimientos provocados son en simbiosis un igual de significado. Una sensación simultanea de lo misterioso y lo bello. Deleite e inquietud todo de una vez. La naturaleza embaucadora de Nano surgiendo una vez más.