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Se cree que de algún modo toda obra está prefigurada en la mente de su autor, vendría a ser como la relación entre dos antiguos términos potencia y acto. De cómo se prefigura, se forma, hay mucho escrito pero ... de momento la respuesta permanece oculta en el gran saco cuyo fondo se encontrar y al final  manejar, que no ver.  Nos queda una intuición nombrada, una de muchas, pista que dibuja el rastro de un fondo que hoy, y a lo mejor también ayer no es otro que el deseo.  The Dream of the Fisherman's Wife ('El sueño de la mujer del pescador') es la representación del sueño de un hombre convertida en símbolo de un sueño y como todo símbolo contiene lo abstracto en lo concreto, la imagen de pulpos tomando a una mujer, que es la mujer del pescador, el que vive con los del mar sin poder ser uno de ellos, le dan la vida y él les da la muerte. 

Rafael Adrover despliega ante nosotros el rastro de un sueño, potencia remota que desde el principio dejó pistas en su obra, imagen desenfocada, masa de luz y sombra que emerge como volumen sin línea, impacto certero de una visión que se evapora, de un instante en el fondo. Adrover buscaba un gesto de la materia  y tras años de experimentación creativa por distintas vías encontró en los instrumentos utilizados en la industria un medio para el arte. La técnica, que reinventa el uso del instrumento, traía consigo un nuevo elemento, el aire,  que ha dado al artista el resultado buscado evitando el contacto directo con el soporte, como misterio sin resolver del hacer. A modo de nuevo esfumato, Adrover impone la mano al instrumento, volviendo a la esencia de la pintura. Sobre el esfumato intacto y azul de la serie The Dream of the Fisherman's Wife el viejo elemento, el pulpo, pictórico, tocado y puede que exorcizado viene a cerrar el círculo. 

Old Dragons es la otra cara del otro lado, la huella del tiempo biológico en el tiempo del deseo,  el ser en las dos cosas, el ser en sólo una o el ser porque se fue y se es, algo complicado y simple a la vez, envejecer, decadencia de la carne, batalla a ganar como sea,  porque a la carne se le ha pegado el deseo que además debe dejar de serlo por acto ¿surgido o fabricado?.  Las piezas de la serie Old Dragons están realizadas con la misma técnica, el nuevo esfumato, pero tienen un juego diferente, la brillante superfície refleja al que mira que es a su vez  mirado, al mirar uno puede mirarse, al ver el tiempo del otro  puede ver, intuir también el tiempo de uno mismo bañado en el rojo del deseo que es potencia y puede ser acto.

Situada aquí y ahora, la obra de Rafael Adrover conecta tiempos del arte conservados hoy en los museos con tiempos y modos de expresión contemporáneos. Su intenso trabajo en diversos campos como el  diseño gráfico, el diseño de espacios y  la música le han permitido explorar en un universo creativo,  depurando su pintura en fondo y forma, evolución natural del artista cuyo momento está expuesto aquí hoy, en el espacio que la artista y galerista Miquela Nicolau ha abierto estos días como  Espacio de Deseo.