Un cuento hindú, cuenta como el universo, y ese cielo que está lleno de estrellas no es tan oscuro como parece, pues las estrellas no son simples planetas, sino orificios, pequeños e infinitos boquetitos que nos comunican con la verdadera luz. El cielo está más allá de lo que vemos, la luz está detrás.

Nada es lo que parece. En la cotidianidad se instala la duda, los dobles sentidos e intenciones. El tiempo, a veces, se para en el interior. Dobleces en la percepción, matices en la visión. Vemos y no vemos, quizás no queramos ver. Dibujos para ciegos, para ser tocados, para pasar al otro lado. Qué hay detrás de esas perforaciones, de esas heridas y cicatrices.

A través de la herida, ... de esa ruptura, el interior se comunica con el exterior. Pequeñas e infinitas micro fisuras que dibujan un mapa del cuerpo y la mente, que nos remite a otros yos, a otros mundos más allá de lo evidente.

Metáfora sobre la complejidad que dibuja el ámbito cotidiano. Entornos privados, contornos que nos rodean en los que existen dislocaciones de lo ordinario. A veces, nos acostumbramos a habitar en paisajes domésticos extraños, nos habituamos a transformarnos en lo que no somos para integrarnos en ambientes mutantes que desgastan el sentido de las cosas.

El otro lado de lo doméstico, el lado impenetrable, el silencio del blanco detiene la vida, la aparente vida. Gota a gota, punto a punto, hilo a hilo se dirige el sentido.

On/off, estás o no estás, estás encendida o apagada, que más da!. La respuesta es mi secreto nunca lo sabrás. Pequeñas fisuras que te transportan sin salir de tu casa, tu círculo, allí mismo, en lo privado; a la noche, al día. Fluidos que se derraman en silencio; en la luz y en la sombra, maquillando la arquitectura de la secuencia, dramatismo e inestabilidad tejido desde lo inframínimo, desde los detalles.

Dicotomía entre lo que sale y lo entra, metáfora de la violencia silenciosa, entra un objeto punzante, sale un hilo rojo. Contradicciones entre lo natural y lo artificial. Diálogos del metal y la carne.

Códigos innatos, genéticos, se confrontan con lo aprehendido, con lo social y culturalmente incorporado a cada individuo, complejidad en el ser y estar. No es tan fácil el día a día en las relaciones humanas. No es tan sencillo ni simple escaparse, sin embargo siempre existe ese otro sitio interior donde ir.