La narración histórica organiza y a la vez busca interpretar el pasado, en tanto la operación curatorial del montaje –al yuxtaponer imágenes y tiempos– ensaya otros modos de relato, discontinuo, quebrado, en donde la posición relativa de cada pieza supone a su vez su resignificación. Una y otro –la narración histórica y el montaje de imágenes– comparten el hecho de conocer el punto de arribo de la historia, dado que participan de un mismo tiempo presente desde donde se observa-analiza-seleccionan aspectos del pasado. Sin embargo, en tanto la historia necesita de ciertas estructuras narrativas que le den continuidad y la hagan legible, el montaje plantea la puesta en común de diferentes imágenes, pero una puesta que deja inevitablemente espacios, intersticios entre unas y otras imágenes que son las que invitan al espectador a completar desde su perspectiva, con su mirada –una mirada cultural, poblada de saberes que son los que...la constituyen– un relato posible, en donde se expanden los sentidos, más allá de una narración conclusa.
Es en esta operación de montaje que reside la selección de estas intervenciones de artistas contemporáneos en el relato del Museo Histórico Nacional en busca de interferir críticamente en los sentidos ya establecidos para contribuir a alumbrar con el shock entre tiempos, perspectivas y dispositivos diversos, otros relatos posibles.
Entrada actualizada el el 05 jul de 2019
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