Oxidado, es una obra que tiene tres años de construcción y desconstrucción sistemática, ligada orgánicamente a mis días. Y es también mi primera muestra individual. Se gestó desde el encierro, como una fotosíntesis alejada de la luz y aflorada sobre la angustia “de la no salida”.
Durante los primeros cuatro meses de 2015 tomé registro interrumpido de los días hábiles. Como un forense registré lo que sentía o lo que ya no estaba sintiendo. Cada escrito iba acompañado de una pieza del taller. Me hacía dueño de algo que estaba en la basura, de cosas rotas y de insectos muertos apoyados sobre máquinas viejas y despintadas.
En los últimos meses y lejos del lugar que me dio el oficio, el encierro y la libertad, volví a encontrarme con los textos y los objetos. Las palabras eran las mismas y cada elemento recolectado seguía transpirando el mismo olor a taller: hierro, grasa, kerosene.
Una...vez más Oxidado volvía a mí, pero faltaba lo más importante, algo que lo sostuviera. Rompí, corté, soldé sin pensar en la técnica, perforé, dejé que el agua penetre y que el fuego tiña. Cada objeto tiene su escultura y viceversa. Oxidado es la búsqueda de la libertad. Oxidado es algo que nunca voy a dejar de ser.
Entrada actualizada el el 05 sep de 2018
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