Esta obra comenzó con unos bocetos, unas previas pinturas sobre cartón y tabla. He ido haciendo collage, dibujos, los que han ayudado a realizar la obra final de grabados y pinturas.

Este tema lo quiero ir desarrollando, estableciendo más relaciones de “yo” y la “realidad”. En las obras no deja de intervenir el surrealismo, y la creación de imágenes ficticias.

Mi obra se centra en la sensación que me transmiten los paisajes, cuando percibo sus colores. La capacidad de retener emociones y transmitirlas al lienzo, dejando pinceladas de colores puros, llenos de luz.

Este proyecto comenzó con “amapolas”, campos verdes y rojos pero he ido evolucionando hasta una abstracción donde desarrollo la relación de un paisaje con “mi paisaje interior”, mezclando elementos de la vida cotidiana; una cama, una ventana, ... una habitación, unos zapatos, un perro, etc. con paisajes. Los procesos elegidos han sido; foto aguafuerte, zierirografía, óleos y una instalación. Dejo que la luz se integre en los colores, creando un campo de color que no termina.

Mis cuadros son ventanas que separan mi interior del exterior.

Quiero transmitir la sensación que sientes cuando te paras a observar un paisaje, cuando paralizas el tiempo porque te has quedado delante de un campo de flores malvas silvestres …Crear una atmósfera de campos de color, dónde la imaginación te diga donde empieza y donde se acaba…

La relación que pretendo es que el espectador cree “su paisaje” delante del cuadro, que paralice el tiempo para observar, y encontrar la relación entre arte y vida.

Todos tenemos una relación con el arte; en la calle y en casa. En esta sociedad de consumismo, no dejamos un tiempo de relación con nuestro mundo, no le tenemos respeto, no queremos parar el reloj en nuestro día a día para observar el atardecer, por eso no queremos establecer la relación de una obra de arte con la realidad.