"Paisajes y figuras" presenta 17 esculturas de Lucía Montero (Lorca, 1950) que recogen un periodo creativo muy interesante comprendiendo entre los años 2000 y 2016.
Sus paisajes proponen una mirada singular a la tradición del paisaje y sus figuras muestran también que la síntesis del arte es un camino reduccionista lleno de reflexiones plásticas e intelectuales.
Escribió Chillida que "La historia del ángulo recto en el mundo griego no es sólo matemática, sino que es la sombra del hombre consigo mismo". Moviéndose en las intersecciones entre la figuración y la abstracción contemporánea, Lucía Montero nos muestra que en el arte la principal arma es la distorsión. Consiguiendo una glacial inexpresividad convierte a los personajes desolados de sus esculturas en algo intacto, en una visión utópica.
Amselm Kiefer, por su parte, nos revela que el artista "nos enfrenta al paisaje donde se establece la dialéctica de la lenta fatalidad de la geografía, del silencio...de la naturaleza y de la soledad del hombre".
Los paisajes y las figuras de Lucía Montero construyen también un mundo inquietantemente silencioso que transmite una impresión de tiempo comprimido.
Lo que nos enseña son los andrajos de nuestra percepción, que, sin embargo, como por arte de magia, consigue transformar en el último momento en algo muy hermoso y elevarse, desde el desencanto que los provocan, hasta un obsesivo buen gusto. Tal vez sea aquí donde radique su mayor provocación.
Javier Cerezo. Director de la galería.
Entrada actualizada el el 01 jun de 2016
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