Ana Reverte presenta por primera vez en Écija su producción pictórica reciente: 23 pinturas (acrílico sobre madera) de fuerte componente simbólico en las que destaca un efectista cuidado de la luz y la perspectiva –con predominio, ascendente–, que buscan efectos de contraste y dirigen la mirada del espectador hacia el punto determinado por la artista. La composición general de sus cuadros se caracteriza en conjunto por una ausencia de límites que, en cierta manera, permitiría establecer un hilo conductor invisible entre las obras: una suerte de secuencia que las conecta con una suave transición, aunque algunas muestren una explosión de colorido y otras una acusada tendencia a la monocromía. Una buena ocasión para conocer este (para muchos desconocido) perfil como artista plástica de Ana Reverte en el inicio de la temporada de verano en el Museo de Écija.