El 14 de julio de 1948, André Salmon, crítico de arte y poeta parisino que había presentado al público Las Señoritas de Aviñón de Picasso, dedicaba un poema a nuestro artista en el que lo relacionaba con una de las obras que exponemos hoy: Pedro Flores, rue Mouffetard .
Pedro Flores, rue Mouffetard ________________________________________ El 12 de octubre de 1954, con motivo de la inauguración de una exposición individual de Pedro Flores en la Galería Framond de París, André Salmon, crítico de arte y poeta parisino que, años antes, había organizado la exposición en la que Picasso mostraba por primera vez al público 'Las Señoritas de Aviñón', afirmaba no poder 'enorgullecerse de haber descubierto a Pedro Flores, cuya luminosa carrera comienza mucho antes de 1945', pero sí de haber tenido 'la fortuna de presentarlo al público parisino', ese mismo año, concretamente el 26 de octubre de 1945, en la Galería Delpierre. ¡Y...cómo lo presentaba! Pues, continuaba diciendo:
'Se me ha reprochado a veces preferir el elogio a la crítica agresiva. Que sólo he querido hablar de artistas excelentes. Ni uno solo de ellos, entonces desconocido, que yo anunciara alegremente, en la época de mi crítica militante, hace de ello casi medio siglo, ha desmentido sus promesas ni las mías. Me atrevo a jactarme de ello cuando veo hoy a mi amigo Pedro Flores alzar tan alto su arte delicado y potente. Su obra es ya considerable. Desde 1945 -contando sólo desde el día de nuestro primer encuentro- no sólo ha añadido lienzos a más lienzos de una inspiración constante y de una técnica cada vez más sabia, sino que además ha grabado como si reinventase el grabado; ha creado tapicerías.. Su inspiración está tan bien dotada por la técnica como Paul Valéry quería que estuviera. Pleno de alada ensoñación, se plantea, como Derain exigía que se hiciese cada vez que se coge un pincel : «Todos los problemas de la pintura». (Y) ha querido planteárselos en asuntos diversos, desde esta 'Rue Mouffetard' de la que nadie, antes que él, tradujo las ásperas alegrías atravesadas por luminosas violencias, a la Bretaña de los pescadores y los campesinos. Pedro Flores no tiene que renovarse. Se acrecienta cada día de una sabiduría alimentada de gozosa fiebre; el don providencial desarrollándose por una especie de virtud trabajadora. Paciente y espontáneo, Pedro Flores, improvisador cuya improvisación dirige su duro trabajo. Si a menudo he hablado del 'gobierno del color'; Pedro Flores es del mismo hoy día uno de sus maestros.1
El 14 de julio de 1948, Salmon le dedicaría, además, un poema en cuyo título relacionaba a nuestro artista, precisamente, con una de las obras que exponía en aquella exposición de 1945 de la que ya hemos hablado: 'Pedro Flores, rue Mouffetard'2, de la que hoy pueden contemplar una de sus versiones en nuestra exposición (posiblemente la misma obra en concreto que sirviera de inspiración al poeta, aunque no podamos saberlo con toda certeza).
Por último, el crítico parisino concluía sus memorias sobre el ambiente artístico de París, tituladas Montparnasse, refiriéndose a nuestro artista: 'El andaluz Pedro Flores' al que llamaba así, probablemente, por su gran afición a los temas taurinos y al flamenco -de pelambrera crepitante, pintor de hadas, domador de picadores, de lámparas de petróleo en tutú, que se ponen de puntillas, y de gallos al aire libre, fabulosos también, cantando sobre sus muros-3. Pero no quisiera dar por concluida esta presentación de la exposición que se inaugura hoy en la galería de arte de Cuadros López sin referirme a otra de las obras que se exponen: 'Retrato de Pedro Flores', firmado y fechado por Clavé en 1945. Antoni Clavé conoció a Pedro Flores en el Campo de Argelès-sur-Mer, cerca de Perpiñán, en enero de 1939, donde tanto Clavé como Flores habían sido brevemente internados durante su huida a Francia, junto al Ejército Republicano, como inmigrantes ilegales. A partir del año siguiente, se iniciaría entre los dos una estrecha amistad al encontrarse de nuevo en París, en una reunión de amigos íntimos, también huidos de Barcelona. Pues, ambos permanecerían en París hasta el final de la ocupación alemana, y es éste el período (1940-46) en que Clavé realiza varios retratos de Flores (entre ellos el que hoy pueden contemplar en nuestra exposición). De hecho, según explica Jean-Paul Crespelle en su obra sobre los artistas de la 'Escuela de París', Montparnasse vivant: 'Flores recordaba haber estado particularmente ligado, durante el periodo de ocupación nazi, a Clavé, que le hizo quince retratos: Pedro Flores con gallo, en una silla, con guitarra, de torero... y con Oscar Domínguez'4. Acabada la Segunda Guerra mundial, en 1946, Clavé y Flores, participarían ambos en la importante exposición de pintores españoles de la famosa 'Escuela de París', que sería celebrada en Praga y en la que exponían sus obras, entre otros, Francisco Bores, Oscar Domínguez, Baltasar Lobo, Joaquín Peinado y Pablo Picasso.5 Pedro Carrión ---------------------------------------------- 1.- André Salmon, «Presentación Exposición individual de octubre de 1954», en Pedro Flores, Les Éditions Françaises, Paris, 1958. Págs. 28-29. Traducida en la revista Monteagudo nº 11, Universidad de Murcia, 1955. Págs. 23-24. 2.- Ibíd., Pág. 5. 3.- André Salmon, Montparnasse, Arcadia Éditions, Paris, 2003, Pág. 277. 4.- Jean-Paul Crespelle, «Florès, Clavé, César: Le dernier carré», en Montparnasse vivant, Hachette, Paris, 1962, p. 307. 5.- VVAA, Artistas españoles de Paris. Praga 1946, Caja de Madrid, 1993.
Imágenes de la Exposición
Pedro Flores, rue Mouffetard
Entrada actualizada el el 26 may de 2016
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