En su tercera exhibición en Hache, Martín Sichetti vuelve sobre un universo cinematográfico que incorpora directores como Alfred Hitchcock y David Lynch, géneros como el fantástico, el terror, la ciencia ficción y el thriller, y estilos como el film noir. Desde una perspectiva tanto erudita como cinéfila, sus dibujos, collages, videos y performances profundizan en los gestos, objetos, detalles y atmósferas que, capturados en stills, se convierten en emblemas del pathos que moviliza caracteres, conflictos y pasiones dentro y fuera de la pantalla cinematográfica.
A través de estas referencias, Sichetti construye una poética propia en la que predominan lo onírico, el misterio, la pulsión escópica y el fetiche, pero también cierto humor e incredulidad a la hora de apropiarse de esas imágenes repletas de glamour y clichés, tan característicos de la cultura del espectáculo. Lo que intriga y seduce es esa tensión entre un mundo consciente de su condición de performance...y otro que susurra cosas apenas comprensibles, pero no del todo ajenas.
Martín Sichetti aborda tres ejes fundamentales en su trabajo. En primer lugar, una exploración del retrato. Si en obras anteriores era frecuente un meticuloso trabajo sobre la impersonation, personificando figuras como Marilyn Monroe, o interpretando personajes - mayormente femeninos - del repertorio de películas que conforman su universo, como en los videos Rowena (2018) o Darling Pet Monkey (2011), aquí opta por ocupar el lugar de Dorian Gray (en su única interpretación de The Picture of Dorian Gray de 1945) o de Carlotta, tal como lo hace Midge, la leal amiga de Scottie en Vértigo (1957): siendo él mismo en el cuerpo –y en la escena– de otro.
En segundo lugar, investiga un mundo animal que lucha por tener un lugar en la escena. Siempre han estado allí, en muchos de los films sobre los que Sichetti ha trabajado, como The Birds (1963) o Psycho (1960). Ya sean símbolos de las fuerzas naturales o sobrenaturales, o el verdadero ser que reside en humanos que no se conocen a sí mismos, o como compañeros de personajes; su mirada y la nuestra necesitaban una indagación más interrogativa que resolutiva.
En tercer lugar, las obras son citas específicas de un amplio corpus de películas, pero también entrecruzan referencias de una a otra, como en el caso del video HeShe Devil (donde intersecta She Devil de 1957, Lost Highway de 1997 y Twin Peaks de 2017). Conectando motivos y temas, así como estilos y momentos distintos de la historia del cine, las películas son el punto de partida de una narrativa que trasciende y se convierte en otra.
Entrada actualizada el el 11 ago de 2023
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