Descripción de la Exposición
La vida se reafirma sobre el sentimiento de muerte. El hombre trata de convencerse de que ésta no es una pérdida, sino parte de un proceso biológico predecible. En la mitología y en las hagiografías, los héroes y los dioses precisan de la muerte del adversario para afirmarse en su panteón, pero, tras la expulsión del Paraíso, la muerte posee una dimensión más próxima, adquiere carácter cotidiano en la lucha por la vida y asumimos que conforma el escenario de nuestra existencia. El pintor danés afincado en Málaga reinterpreta en cada obra su inquietud vital y nos cuenta en sus mitologías e historias sagradas, en sus escenas de jardín, que la vida necesita del color vivo de la muerte.
El mundo natural nos ofrece la enseñanza de que la supervivencia es muerte y el hombre reconoce en su interior un sentimiento atávico que le identifica con los depredadores incluso en el acto amoroso: tras alcanzar el climax, los amantes sienten la petite morte, un estado de tranquilidad que nos mata y a la vez nos revive. Un colorista almuerzo sobre la hierba se convierte así en una escena de depredación tan luminosa como la lucha entre centauros y amazonas. Pero también muerte para reafirmar la creencia en la vida, para matar otras creencias, para imponer otras ideas. La celebración de la muerte es constante en el trabajo de Sorensen: “Pájaros y fieras”, “La expulsión del paraíso”, “Leda y el cisne”, “Sátiro y ninfa”, “Lucha de centauros y amazonas”, “Portacruz”, “Crucifixión”… son algunas de las temáticas que integran esta muestra, compuesta por cuadros, altares y diseños para altares y vidrieras.
Comisarios: Federico Castro y Rolf Laessoe