Arquitectos de formación, estos artistas trabajan juntos desde 1993. Su trabajo explora las relaciones entre arte, ciencia y tecnología y sus instalaciones transforman fenómenos físicos normalmente inapreciables en percepciones inteligibles. La luz, el sonido, el movimiento o el calor son los elementos que utilizan en sus piezas, que investigan la percepción distorsionada de los flujos energéticos o mecánicos regulados por patrones aleatorios. La concepción de la tecnología como "simple" mecánica les lleva a crear instalaciones aparentemente mínimas, carentes de esfuerzo, en las que los accidentes de la realidad cotidiana se presentan al ojo del espectador bajo una percepción sensorial nueva. Esta pareja de artistas considera el proceso creativo como parte de la obra en sí y sus instalaciones surgen de la relación con el espacio y ubicación para los que están concebidas así como del desarrollo continuo de obras anteriores.

Grönlund y Nisunen han ideado tres nuevas instalaciones específicamente para la ... Galería Salvador Díaz que en mayor o menor medida tienen que ver con lo cinético, la gravedad y las tensiones estructurales. La exposición se completa con una serie de serigrafías.

La sala central se ve totalmente invadida por una instalación neumática. Colgada de las vigas del techo, una gran pieza de nylon blanco inflada de aire deja traspasar la luz cenital exterior. El volumen de la obra va cambiando mediante su "respiración", que la eleva por encima del suelo y refleja la tensión entre continente -un espacio sólido y rectangular- y contenido -una forma elíptica flotante -.

En la entrada los artistas presentan una estructura ligera y colgada del techo cuya espina, un largo tubo de acero inoxidable, se mantiene lineal por medio de una tensión estructural. Invitan al espectador a introducir pequeñas bolas de acero por el tubo, de manera que la estructura emite vibración y sonido.

La tercera instalación consiste en una proyección circular, de connotaciones lunares en una habitación con espejos. Éstos, que rotan mediante motores, multiplican y reflejan la proyección sobre las paredes de la habitación creando una especie de sistema solar propio.

La serie de serigrafías está basada en los patrones ópticos de Moiré, un fenómeno que los artistas finlandeses ya han utilizado en trabajos anteriores.