La pintura de jorge luis llópez es lírica y cálida. No procede de rígidos análisis intelectuales, sino que se configura como un fruto que crece en el interior, como el niño que crece en el seno materno.
Amanecen en el campo de batalla duros contrastes, polaridades extremas, el blanco monacal, la noche que atisba las primeras luces del alba, tonalidades de sangre seca, vinos tintos de toro, amarillos que resuenan agudos, todos revueltos.
Su filosofía es avanzar hacia un arte expresivo, emanado de la experiencia personal, hacia el significado oculto de la vida. Es pura vida.
La obra se hace seductora, encandila a veces por sus sutilezas, a veces por su energía sexual. Se hace presente con una fuerza arrolladora, con torbellinos de pura materia, pedazos de lejanas angustias, de nuevas conquistas, en un canon perpetuo, idas y venidas.
Es arte que no obedece a estructuras que lo encorseten, no está limitado en el...plano. La composición no es rígida, no tiene contornos firmes, emerge o se hunde en la superficie, es impresionista.
Entrada actualizada el el 15 feb de 2020
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