Víctor Alba. Pintar, repetir, romper, construir
Carlos Delgado Mayordomo
La pintura ha sido, posiblemente, el medio artístico con una contemporaneidad más cuestionada. Las voces que a partir de los años setenta comenzaron a pregonar su muerte terminaron por consolidar una permanente crisis de este medio. La reiteración de determinadas convenciones de lo pictórico señaladas por la modernidad, así como la acusación de haberse convertido en un «idioma sobreutilizado»1, cambiaron radicalmente su posición: de caja de resonancias de las opciones que dibujaron la cultura visual occidental, la pintura pasó a ocupar un lugar aparentemente periférico en el debate sobre las prácticas artísticas contemporáneas.
Víctor Alba (Salamanca, 1986) pertenece a una generación cuyo entendimiento de la realidad está íntimamente ligado a lo digital. Sin rehuir de esta impronta, su interés creativo se ubica en una reflexión sobre la vigencia y pertinencia de la pintura dentro de un contexto, el actual, determinado por un ojo pasivo...que digiere de manera vertiginosa todo aquello que se le ofrece. En este sentido, una de sus principales estrategias para activar una mirada atenta hacia la representación pictórica va a ser la repetición, sostenida a lo largo de casi una década, de unos mismos motivos iconográficos ordenados bajo unas pautas compositivas muy concretas. Nos referimos a su amplia serie Paisaje con árbol, en la que explora hasta la extenuación las posibilidades expresivas de una disposición configurada por una línea alta de horizonte.
Entrada actualizada el el 06 sep de 2017
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