Las diecinueve obras de Manuel García González seleccionadas para esta exposición, son parte de una colección mayor iniciada en 2019 y que llega a la «Sala del Invernadero de los Bonsáis» del Real Jardín Botánico de Madrid, tras un recorrido expositivo de tres años.
Plantæ son representaciones naturalistas donde, al valor artístico, como auténticos retratos naturales, se une la visión científica, reflejo de un profundo estudio sobre el vegetal representado. Manuel plasma de una forma contundente el trabajo de documentación botánica y de observación minuciosa de la naturaleza. Así, destaca los mínimos detalles que hacen de esta colección un original repertorio de trabajos que ensalzan y muestran la grandeza, en algunos casos, de familiares elementos botánicos, como la cebolla; en otros casos, poniendo el énfasis en la sofisticación, la complejidad de las formas o en la perfecta estructura natural desapercibida a muchos ojos.
Con la técnica que Manuel ha bautizado como...«color inverso», inspirada en el mundo del grabado y usando la teoría del color, consigue acentuar el carácter extraordinario de la naturaleza representada, que se muestra de forma dramática y desnuda. La sencillez compositiva, en muchos casos mostrando solamente un fragmento, nos lleva a centrar la mirada en los detalles que se nos quieren desvelar. El resultado, aparentemente hiperrealista, es un espejismo que se difumina en las distancias cortas, cuando se percibe el trazo de lápiz y bolígrafo.
En esta exposición vamos a adentrarnos en un mundo botánico donde las hojas, las nervaduras, los filamentos o las brácteas son las protagonistas. Observar estas obras nos lleva más allá de la experiencia estética. Con una contemplación más pausada, descubrimos ese diálogo interno que el artista ha establecido con la planta. Cada una de las obras puede perfectamente abrirnos una puerta al conocimiento botánico, la observación de la flor de la victoria -con sus espinas disuasorias-, las trompetas -voluptuosas y tramposas- de la sarracenia, el color alucinante, casi eléctrico de la flor cynara -semáforo para los abejorros- ... Son ejemplos en los que el conocimiento es un vehículo hacia la estética, de la misma forma que ocurre a la inversa.
Ante esta colección nos podemos dejar llevar y disfrutar doblemente del placer visual y del placer del conocimiento más íntimo del mundo vegetal que nos permite la mirada y la técnica minuciosa de Manuel.
Entrada actualizada el el 12 sep de 2023
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