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La exposición presenta la obra de dos de las artistas seleccionadas en el "Programa de Residencias" de la Fundación Delfina en Madrid y Londres para 2009: la escultora española Mar Solís y la fotógrafa inglesa Miranda Sharp. Ambas, a través de sus obras y particulares lenguajes nos tienden un puente hacia lo poético, compartiendo su visión del mundo, un lugar donde conviven y se complementan realidades aparentemente contrarias: la belleza y lo siniestro, la luz y la oscuridad, el vacío y la plenitud.

En las esculturas de Mar Solís, espacio, materia y luz son las protagonistas. Sus formas plantean espacios que esperan a ser descubiertos, invitando al espectador a recorrer cada una de sus creaciones por las que el aire fluye y vibra en una intensa búsqueda del movimiento. Las luces y sombras generadas por los ... trazos de metal están en un continuo juego lúdico, buscando un insólito equilibrio que atrae al espectador.

La serie "Encuentros en la pared" nos remite a formas orgánicas, donde lo matérico, el aire y lo abstracto conviven en plena armonía. Cada una de las múltiples piezas de sus esculturas son como huellas, arañazos, o almas que se cruzan entre sí, creando curvas elegantes y llenas de vida, cuyo movimiento sugiere la ilusión de que estuvieran intentando salir de la frialdad del metal para acercarse a la luz y al aire exterior. La serie "El cielo abierto", cobija un espacio único en el que se producen infinitas formas entretejidas que giran en un movimiento circular. Mar Solís nos ofrece una nueva perspectiva de la escultura en la que el espacio se hace poesía esperando ser habitado y observado por el espectador.

Mar Solís ha expuesto, entre otros lugares, en la Fundación Artsur (Madrid, 2008), Museo Patio Herreriano (Valladolid, 2007), IVAM (Valencia, 2006), Palacio Pimentel (Valladolid, 2005). Tiene obra pública en Kyonggido (Corea del Sur), Kaklauttanan (Laponia), Madrid (España). Su obra está presente en colecciones como las de la Comunidad de Madrid, IVAM, Palacio de Santa Cruz (Valladolid) y Fundación Alberto Jiménez de Arellano, entre otros.

La fotógrafa Miranda Sharp habla en su obra de la realidad y de la sociedad actual bajo un prisma de nostalgia y melancolía. Para Sharp, los espacios habitados son poesía, remitiéndonos al mundo interior de la propia artista. Soledad, angustia y oscuridad emergen de lugares, conviviendo con retratos de alta carga psicológica.

El conjunto de obras expuestas de Miranda Sharp reúne fotografías de diferentes series realizadas entre los años 2000 y 2008. Todas ellas nos hablan de espacios, de lugares donde la imaginación tiene altas dosis de ingenuidad y de narrativa. Miranda nos cuenta historias sin principio ni fin, escenas que trascurren atemporalmente dentro de cuatro paredes. Las fotografías de Sharp nos abren ventanas a la intimidad del retratado, fotos cargadas de lirismo e intimistas que buscan entrar en las vidas de sus personajes y destapar sus momentos débiles, de nostalgia, cansancio o tristeza.

La artista explora temas tan dispares como la cultura popular y el fracaso en la serie "The Usual"; la imaginación, los miedos y fantasías de la infancia bajo la perspectiva de la disciplina y la humillación en "The Old House"; el retorno a espacios donde lo básico y la supervivencia son una forma de vida, en "Skye" o el horror que pueden ocultar cuatro paredes en "Dark remembered days". Melancolía, soledad, belleza, imaginación, angustia y oscuridad conviven en las fotografía de Miranda Sharp donde el espectador actúa como un voyeur en el teatro de la vida.

Solis y Sharp, en cada una de sus obras revelan una verdad, desvelan el pensar del mundo. En sus obras verdad, pensar y poesía son lo mismo. Sus obras es poesía hecha arte, son poiesis, son arte poético.