Empírico por convicción el artista mezcla la historia con la actualidad.
Heriberto Quesnel, a través de la muestra "Postales sin remitente" da a conocer su entorno inmediato y mundial.
La intención original de Heriberto Quesnel, al darle vida y forma a la exposición Postales sin remitente, es mostrar un gabinete de curiosidades, habitado por situaciones que ve en su entorno inmediato y en el mundo en general, pues gusta mucho de la historia. Para ello, agregó, Se adueña de trozos de una pintura clásica y le añade diversos recortes que llaman su atención, para ir sumando capas de diferentes tiempos y contextos, así como fragmentos del arte clásico y popular, que demuestran su gusto por la historia, explicó el creador.
“Busco hacer analogías y metáforas, a partir de una idea contenida en mi cabeza. Encuentro o selecciono una serie de imágenes que vi en algún lugar o que ya escogí previamente a la...creación de mi obra. Me gustan mucho las alegorías. Soy muy plural en ese sentido. El humor de Mad me gustaba mucho y lo trato de rescatar, a veces, en algunas de mis piezas, que tengan cierto humor negro, pero a partir de temas o situaciones muy serias”.
El expositor se concentra en incorporar un sinfín de imágenes en sus piezas, sin preocuparse por la técnica, porque visualmente tiene claro cómo llegar a la composición adecuada en cada una de sus creaciones. Este proceso lo hace de una manera muy libre, pues regularmente nunca se enfrenta al lienzo en blanco con la intención de aportar demasiadas cosas, sino simplemente a insertar una serie de elementos que de alguna forma u otra tiene a su alcance.
Tras asegurar que artistas de la talla de Salvador Dalí y Arturo Rivera, influenciaron los inicios de su trabajo plástico, Heriberto Quesnel, recuerda que en sus primeras creaciones trató de acercarse a la figura humana y el buen dibujo, para cuestionar cómo entendemos o interpretamos lo religioso y la sexualidad en nuestra sociedad, además de temas políticos o económicos presentes en su entorno, como la devaluación.
“Inicio con una idea no terminada, luego la dejo descansar para ver si le falta algo. A veces escribo frases y me doy la libertad de poner algo mío pero hasta el final de la obra. Me interesa que después de ver mis creaciones, se vayan con elementos que les permitan seguir imaginándose o cuestionándose, pues en mis cuadros siempre habrá, de una u otra manera, una pequeña ranura que puede provocar que el espectador complete la obra, desde su experiencia muy personal”.
Si algo va a resaltar en esta exposición, serán las referencias que hace a la pintura clásica o al arte en general, pues es una necesidad propia de saber que puede pintar, pero sin dejar de mirar a otros artistas, puntualizo Heriberto Quesnel: “mi trabajo se trata de sumar cosas, el color en mi obra está dado por los elementos que voy añadiendo, esto facilita mi creación. Hay cierta nostalgia en mis obras porque me gusta la historia, juego con los tiempos, enfatizando que la historia se reescribe todo el tiempo a sí misma.
El artista recuerda que de muy niño le gustaba dibujar, como a la mayoría de los niños, ya que así lograba comunicarse con su entorno familiar. Su mamá era quien lo llevaba a los museos, pero cuando se detenían frente a una pieza abstracta, le decía: la gente que hace manchas es porque no sabe dibujar, algo que años más tarde al acercarse a la pintura de Mark Rothko o Joan Miró pudo entender que no era el todo cierto.
Ese gusto por el dibujo, rememora el pintor, nace de haber visto libros en la biblioteca del abuelo y enciclopedias del siglo XIX, con ilustraciones de grabados, que captaron su imaginario para acercarse paulatinamente al mundo del arte.
La obra del expositor es muy visual, asegura, pero ella y su edad lo están llevando a un viaje introspectivo en su vida profesional y personal, pues tiene claro que ahora ve y vive el mundo muy diferente a como lo hacía hace 15 o 20 años, quizá por esa razón, aseguró: “creo que me van a llevar a restar esas influencias o apropiaciones de la cultura clásica o del arte, que ahora retomo en mis piezas, para simplemente empezar a crear mis propias composiciones”.
Entre los planes truncados por la pandemia que se vive en México y el mundo entero, Quesnel expresó que tiene pendiente una carpeta de grabados, a partir de los 8 presagios o mensajes funestos; otra serie de cuadros donde los protagonistas sean una especie de monumentos absurdos que la gente haría para conmemorar fechas o acontecimientos que quizá no tendrían por qué ser recordadas.
Entrada actualizada el el 29 oct de 2021
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