La nanociencia y sus aplicaciones, representadas por la nanotecnología, constituyen una de las fronteras del conocimiento con mayor interés de este principio de siglo. Desde fechas relativamente recientes los científicos disponen de herramientas que no sólo permiten conocer la materia a escala nano ('lo pequeño'), sino actuar sobre ella, modificando sus características. Estas herramientas son principalmente los microscopios electrónicos y en particular los llamados 'de fuerzas' atómicas, magnéticas, etc. Las interesantes imágenes que ponen a nuestra disposición tienen como peculiaridad que se trata de interpretaciones electrónicas de los datos obtenidos, no de imágenes ópticas. Esto es debido a que los fotones más pequeños se encuentran fuera del rango de dimensiones de aquello que se considera como 'nano' (entre 100 y 1 nanómetros). Los colores que se asignan dependen de una paleta artificial, que se escoge en función de criterios de conveniencia para una mejor comprensión ... del objeto observado y suelen tenerse en cuenta aspectos estéticos, como se comprueba en la gran mayoría de las galerías de imágenes y en los premios especializados. Estas herramientas nos redescubren el mundo a otra escala, ofreciendo a los artistas y a todos aquellos que se acercan a ellas, la oportunidad inédita hasta fechas recientes de conocer como se organizan los átomos y las moléculas, en estructuras con ordenaciones más o menos caóticas. También nos muestran detalles escondidos de la vida del planeta, desde los virus más pequeños hasta fragmentos de ADN y todas las moléculas orgánicas e inorgánicas. Nuevos materiales con nuevas propiedades, nuevas técnicas son descubiertas e inventadas cada día y muchas pueden servir de inspiración para el arte de este siglo.

El diccionario de la RAE define noosfera como el conjunto de los seres inteligentes con el medio en que viven. Este concepto, asociado a los de geosfera (materia inanimada) y biosfera (vida biológica), fue elaborado por Vernadsky, como contribución al cosmismo ruso y retomado por Teilhard de Chardin. Se trata pues de una especie de esfera del conocimiento de la cual formamos parte la totalidad de los seres humanos que poblamos el planeta. Al juntar ambos términos en el título de la exposición Nanoosfera, se hace referencia al conocimiento de la nanociencia y a sus implicaciones, pero también puede entenderse como una manera de plantear que, a pesar de la vastísima cantidad de información y conocimientos de todas las épocas al que tenemos acceso, el conocimiento que verdaderamente manejamos tiende a ser cada vez menor. Por desgracia, prima pues la inmediatez del resultado, frente a la reflexión para escoger la mejor opción de entre todas las disponibles, dedicar la menor energía.

El arte de todas las épocas ha servido de avanzadilla, de nexo de unión entre los avances de la ciencia y su acercamiento a la sociedad. Asimismo en muchas ocasiones son las mentes creativas de científicos y artistas las que discurren aplicaciones insospechadas en los momentos iniciales de los descubrimientos e invenciones. Es mi ánimo contribuir humildemente a este objetivo, disfrutando del siempre incierto privilegio de recorrer terra incognita y de presentar estos avances desde el posicionamiento del artista, tratando de cumplir la máxima de hacer, de la mejor manera, el arte correspondiente a nuestra época.

Teniendo como base las capturas de datos obtenidos por estos microscopios y procesadas con las mismas herramientas que usan los científicos, las imágenes así obtenidas sirven como punto de partida para la elaboración de las obras que aquí se muestran, tras el correspondiente procesado mediante técnicas infográficas, tanto impresas como en monitores o proyectores de video. Y en algunas de ellas se puede apreciar el espíritu de la noosfera en acción, cómo miles de personas de todo el mundo que trabajan en ámbitos distintos, intercambiando información en tiempo real a través de las redes van poco a poco haciendo que avancemos en la definición de un esperanzador futuro.