Rastreos de la ausencia busca materializar sutilmente las violentas pérdidas de una sociedad hedonista y narcotizada. Como si se tratara de una amenaza invisible, pero no por ello menos letal, las piezas buscan sumergir al visitante en una atmósfera turbia en la que no queda más que asumirse como agente involuntario de esta catástrofe cotidiana. A partir de la utilización desbordante de residuos, ya sean polvo, cal, fotografía y hedores, los artistas buscan explorar un intersticio entre la brutalidad de la nota roja y el sepulcral olvido del conflicto. Rastreos de la ausencia es un zumbido incómodo que parece preludiar , en sus murmuraciones incesantes, un estallido inminente.