-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

Red visible, desde diferentes grados de abstracción, como cartografías para acotar lo que no tiene límites visibles o abarcables, para dimensionar lo intangible. Se muestran representaciones a través de fragmentos de lógicas difusas inducidas por la indeterminación del propio espacio. Procedimientos de trabajo que admiten la poética de tejidos, donde la acción artística es influenciada por su espacio envolvente. Estructuras concebidas como sistemas de redes, como paisaje relacional, entre el individuo y su entorno espacial. Redes irregulares donde los parámetros temporales y espaciales quedan disociados comportándose como radiografías de lo inmaterial, donde el exterior se vincula íntimamente con el interior. Anverso y reverso se confunden según la posición de la percepción.

Este modo de proceder de Juan E. Correa, se formaliza en 'red visible', residiendo su esencia en las interacciones, en las mallas de relaciones que se constituyen en cada espacio. Las cuales al interactuar con la gente, produce los distintos fragmentos de un sistema de redes sin formas aprehensibles en su totalidad. Un espacio de redes adaptativo, moldeado a base de imprevistos, que evoluciona sujeto a procesos azarosos e intencionados. Espacios cargados de materiales y conexiones, que cobra movimiento silencioso a base de dibujar redes propias. Un intercambio de escalas y relaciones dentro de una misma dimensión argumental. La percepción leve de estos sistemas de redes le permite dibujar entramados filamentosos de los flujos interactivos de los flujos en el espacio.

La red visible la construye con límites ligeros, plegados y replegados, retorcidos, caracterizados por la superposición de acontecimientos dibujados. Cartografías sin grosor, con espesores inmateriales superpuestos, entrelazados e intrincados. Cada obra fluctúa con el espacio que ocupa, dejando franjas indeterminadas, condensados según el lugar, representando la estructura del mismo. Grafías de la estructura espacial por descomposición e interacción de distintas componentes y capas proyectadas como modelizaciones astrales. Estas piezas evidencian sucesiones de redes urdidas, como paisajes contemporáneos, complejos e inciertos. Sucesiones de situaciones híbridas que dibujan límites, amplían el espesor de las fronteras y amplifican los matices entre sombras y formas.

Estos procesos de investigación, alimentados por la abstracción, construyen interconexiones entre el visitante y el espacio expositivo. Mallas entretejidas, representaciones flexibles, que sintetizan los acontecimientos que se registran en lo indeterminado de sus formas, con capacidad de adaptación a distintas solicitaciones. Delicadeza suspendida, capturas de humo. Veladuras flotantes en las salas, frágiles estructuras de mallas mostradas con rotundidad al ser teñidas. Instantes que parecen congelar las corrientes invisibles de una habitación. Tensión concentrada y coloreada. La obra de Juan E. Correa atrapa la levedad tornando visible lo invisible.

Siguiendo el recorrido por la galería Raquel Ponce, asistimos a una serie de piezas interconectadas. Secuencia de líneas concatenadas por los ecos existentes entre ellas que muestran lecturas distintas o complementarias de una misma realidad. De modo que al recorrer la exposición supone sumergirse en distintos ambientes dibujados por redes de líneas como instrumentos útiles capaces de generar construcciones, físicas y mentales, inteligentes y sintéticas; puesta en relación de conceptos e ideas, sin quedar atrapado en formas fijas. Muestras de las contradicciones del dominio de la red_visible de Juan E. Correa sobre el espacio.