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Del clasicismo a la modernidad puede haber una eternidad, o puede haber un espléndido viaje por ... las tierras italianas. Un viaje que remueve la sensibilidad por la belleza con la que todos los aficionados o amantes del arte nos hemos criado, desde la que todos empezamos a conjugar la apreciación estética y a entender su lenguaje. A modo de guiño iniciático, Daniel vuelve por un momento a los orígenes, a los clásicos y al dibujo, para retomar aún con más fuerza, con renovada potencia, su vocabulario creativo con obras marcadas por la combinación en un mismo lienzo de referencias a los genios de la pintura: Caravaggio, Rafael, Miguel Ángel, Veronés o Mantegna, de la escultura romana, y de elementos fácilmente reconocibles de la cultura visual que nos rodea y que hoy todos consumimos, ya sea por activa o por pasiva.

Desde su carisma internacional y la multiculturalidad que le caracterizan, el autor titula su obra Reload. Reload es recargar, rehacer, reeditar, reinterpretar, reutilizar o refrescar volviendo a las fuentes originales y situándolas en nuestro contexto. Retratar un mundo en el que todos somos inmigrantes, extranjeros, adictos a la moda, fans, inestables iconos temporales... Héroes armados, políticos mediáticos, ángeles sexuados; una sociedad en la que los dioses ya no son divinos, en la que las virtudes son terrenales, los pecados veniales y los placeres claramente carnales. Las mujeres también tienen un espacio propio en esta serie: damas, reinas y madonnas abandonan su significado figurativo y recuperan su condición terrenal, transmitiendo un nuevo mensaje, cargado de contemporaneidad.

Para hacerlo el artista utiliza las leyes del dibujo, la mayor simplicidad en la composición, la pureza estricta en la ejecución para acercarse a la escultura como disciplina que ordena la representación de la figura humana y, desde ahí, proponer una pintura impactante, sugerente, aparentemente rápida e inacabada, que incide en lo esencial y habla de la vigencia de las formas griegas, romanas o renacentistas en un tiempo en que la comunicación y la copia han quitado protagonismo al original. En la que incluso los bodegones pueden o no, aparecer como naturalezas muertas, obras abstractas de fuerte policromía, o complemento indispensable de una figura.

En los óleos destacan la plástica del pigmento, los trazos, los materiales y una cierta melancolía que lleva a evocar imágenes ya conocidas, y a disfrutar con su actualización, con su reaparición contextualizada. En los dibujos es el dominio de la técnica, la inteligencia y el humor los que dominan y los que nos invitan a reflexionar sobre lo que somos, lo que parecemos, lo que nos hace únicos y lo que nos hace iguales.

Esta nueva propuesta de Daniel Garbade, quizá más cercano que nunca a Miguel Ángel, es una invitación a resituar lo ya asumido, a revisarlo y utilizarlo para entender a los protagonistas de una época rehumanista que se ve en la necesidad, de nuevo, de situar al hombre en su contexto, de interpretarlo en un ámbito absolutamente global.