Al revisar el inicio de su historia personal, Rosana Paulino observa que el problema de la representación de los negros se traduce en su casi ausencia en los más variados aspectos de la vida de los brasileños y en la historia, sobre todo en la historia de las artes visuales. La artista surge en el escenario artístico en los años 90 y se distingue, desde el comienzo de su práctica, como voz única de su propia generación, al abordar de forma afilada temas sociales, étnicos y de género. Cuestiones perturbadoras en el contexto de la sociedad brasileña.
La producción de Paulino ha abordado situaciones derivadas del racismo y de los estigmas dejados por la esclavitud que circundan la condición de la mujer negra en la sociedad brasileña, así como los diversos tipos de violencia sufridos por esta población. La artista se vale de técnicas diversas – instalaciones, grabados, dibujos, esculturas, etc....– y las pone al servicio del cuestionamiento de la visión colonialista de la historia que subsidia la (falsa) noción de democracia racial brasileña. Esos fundamentos cimentaron el conocimiento científico y biológico de los pueblos y de la naturaleza de los trópicos, contaminaron las narrativas religiosas hasta alcanzar el foro doméstico, sirviendo como eje para la legitimación de la supresión de la identidad de los africanos y africanas en Brasil.
La exposición Rosana Paulino: A Costura da Memória reúne obras producidas entre 1993 y 2018, como Bastidores (1997) y Parede da memória (1994-2015), decisivas del inicio de su carrera. Estas remontan a su narrativa personal y se presentan como punto de partida del recorrido expositivo. Situadas en la sala principal, la primera trae, como en el título, una serie de soportes para bordar con figuras de mujeres de su familia impresas en tejido cuyos ojos, bocas y gargantas están cosidos, señalando el enmudecimiento impuesto a las mujeres negras, muchas veces fruto de la violencia doméstica.
Entrada actualizada el el 30 ene de 2019
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