SENTIMENT DE PAISATGE
ELENA MARTÍ
Nuestra cultura es nuestra identidad, y esta se traslada sobre los objetos que se forman a nuestro alrededor. Elena Martí presenta Sentiment de paisatge a La Capella de l'Antic Asil, en Alcoy, donde nos ofrece una serie de piezas enclavadas en nuestro imaginario como alcoyanos.
Aquello que nos ha hecho lo que somos, nuestra industria, nuestras máquinas y los restos que hoy forman parte del pasado son restos olvidados que forman un paisaje de memorias.
La delicadeza de sus obras contrasta con la rudeza de los materiales, juega con sus texturas, sus tonalidades y la diversidad de estructuras que se derivan de la industria y que hacen que el tiempo, el recuerdo y el olvido generen piezas reencontradas y enfatizadas. Hoy los contemplamos a trevés de la mirada única de Elena Martí han sido transformados en arte. Son objetos encontrados en el Molinar, abandonados en el Tossal, y libres...de propietarios se han convertido en protagonistas de una narración única dentro de la obra de Martí.
La artista nos presenta dos líneas de reflexión que convergen, por un lado el análisis del estado de la naturaleza mediante una visión evolutiva gracias a la textura proporcionada por la oxidación Por otro lado se encuentra la de la industria, así por ejemplo, las hojas de helecho, libres en origen, ahora son enjauladas en un lienzo montado con metales oxidados provenientes de la industria alcoyana, ofreciendo esa dicotomía de naturaleza-artificio.
Los diferentes objetos encontrados o object trouvé, nos relatan siempre una narración sobre el paso del tiempo y una memoria eterna. Y digo eterna, porque a los alcoyanos nos define como pueblo y como cultura la industrialización. A pesar de que el tiempo pasa, siempre nos sentiremos un pueblo industrial, unido al sentimiento de lucha, producción y trabajo. Dentro de esta narración, las obras de Elena Martí cambian el soporte original y los dota de poesía, los engalana y les aporta un segundo concepto dentro de su connotación. Así los hilos, los rodamientos, los cuños, los elementos de las tejedoras, los pesos,... Ahora son versos que hablan de la memoria de un pueblo.
Sentiment de paisatge nos acerca a una muestra generada para entrar en simbiosis con nuestras raíces, pero también exalta y pone en valor la oxidación como paso del tiempo, con todo aquello que comporta como son los colores, las texturas, las disposiciones y las formas.
En Sentiment de paisatge, se encuentra también una segunda serie dónde, la naturaleza es la protagonista. En ella damos un pequeño vistazo al mar, con su pureza corrupta. Sentimos la paz del mar, pero también los desechos que lo atraviesan como punzones convertidos en obra de arte. Martí genera una denuncia, a través de la amargura y la tristeza al contemplar algo tan bello y que genera tanta paz, como es el mar, pero que se nos presenta como una naturaleza alterada por la mano del ser humano.
Una muestra vertebrada a partir de la doble mirada de la naturaleza transformada por la humanidad, la industria y finalmente convertida en arte como homenaje final.
Lucia Romero Segura
Historiadora del Arte y Crítica.
Entrada actualizada el el 26 abr de 2022
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