Chelo Sanjurjo es una de nuestras artistas más queridas.
En aLfaRa hemos visto la evolución de su obra desde aquella primera exposición de 2007 “Sombras en la calle”. Después vinieron “Volver” en 2012, “Frágiles” en 2016, “Solas” en 2019 y ahora nos muestra su último trabajo “SILENCIOS”.
Esta colección es fruto de aquellos meses de confinamiento y pandemia que ahora nos parecen casi irreales, pero que provocaron una transformación en cada uno de nosotros, también en la obra de Chelo.
Se trata de una colección de 25 guaches de 40x27 y otras seis piezas más pequeñas, de 26x26, no menos sugerentes.
Esta nueva muestra encierra un inmenso conocimiento de la técnica y un profundo sentimiento que trasciende de cada imagen.
Las mujeres de Chelo han ido creciendo desde aquellas primeras “Sombras de la calle” tan bulliciosas y coloristas que casi se oían reír y charlar al fondo de la Sala. La coquetería de sus trajes...y sus hermosos zapatos fue dejando paso a un recogimiento plasmado en la mancha y en trazos cada vez más ágiles. Los colores fueron tornando en rojos y blancos más amplios, que ahora se transforman en aterciopelados negros. Casi podemos tocarlos.
Un halo de misterio envuelve a estas señoras, que lejos de parecer tristes, se ocultan detrás de veladuras infinitas, escondiendo secretos inconfesables y sabiduría milenaria.
Las esbeltas jovencitas de colores, llenas de flores y adornos, ahora son retratos, rostros ocultos entre puntillas y collares, expresivas instantáneas que muestran unos rotundos labios rojos, siempre sellados.
El manifiesto contraste de las imágenes de Chelo Sanjurjo puede leerse de muchas maneras:
Miradas tras los párpados cerrados.
Collares que vuelan al viento o encadenan, con gruesos y rojos eslabones.
Encarnados labios sellados con carmín, a punto de contar secretos.
Velos superpuestos que ocultan y a la vez dejan ver…
Flores negras que encubren con tiernas veladuras los rostros callados y serios de estas mujeres que laten intensamente.
Cada una de las piezas de esta colección es una sugerente imagen que conmueve y alcanza lo más profundo del espectador.
Siguen estando ahí, siempre, las primeras imágenes de Chelo Sanjurjo que según el texto de Santiago Martínez para la exposición de 2012 “Volver”:
Nacen de la experiencia: figuras rotundas, diluidas y concentradas, suaves y ásperas que reflejan una fuerza interior, corriente vital que mueve el mundo y que nada ni nadie puede frenar.
La perspectiva del tiempo aporta solidez a la obra de Chelo Sanjurjo, la frescura que emana de cada una de sus piezas, esa contradicción que, sin atreverse, quiere llegar a la irreverencia, es una manifestación de su honestidad. Estamos llegando al negro absoluto, que lejos de ser tristeza, oscuridad o pesimismo, intenta evocar misterio, conocimiento profundo, sabiduría, secretos que están a punto de brotar de esos rojos intensos y se ocultan en las miradas entornadas de estos primeros planos de las mujeres de Chelo Sanjurjo.
Impacientes quedamos, a la espera de los siguientes trabajos de esta conmovedora artista.
Dulce Pérez
(directora de la sala aLfaRa)
Entrada actualizada el el 09 jun de 2023
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