Observando las obras recientes de Silvia Goltzman, el que las percibe se saa pronto cuenta que son signos, alusiones, a algo que está fuera del cuadro pero lo que la pintura es el índice que aquello se refiere. Signos comprometidos pero ante todo impregnados y resueltos según un impreciso y necesario juego cromático, que lo mismo da que se manifieste bajo una pigmentación o se muestre mediante una combinación de colores cuya justificación puede o no tener otra validación que aquella, estrictamente formalista, que queda plasmada en la obra; pero esos signos también, por el echo de su referente comprometido, son la metáfora plástica de un sentido de la vida de una energía vital que clama por manifestarse frente al contexto real ene le que se tienen que desenvolver obra y vida sería un sin sentido si no fuera acompañada de la obra, de esa versión alterada y transpuesta de ... lo cotidiano respirar activo en un ámbito natural y también social.
Observado la obra de Silvia Golzman, bajo aquellos colores casi siempre mates que buscan, en los tonos monocordes, la chispa roja, amarilla o verde que arrasa a través de un tragaluz y trasmite el grito de lo diferente en lo aparentemente indiferenciado de un paisaje o de una existencia. En esas obras precisamente anida la gran fuerza de una pintura que, de producirse en un ámbito industrial y cosmopolita, asumiría todos los matices del gris amenazador de los duros ambientes de lucha natural y social, pero que al ser obra del diálogo constante entre la naturaleza y la existencia, todo parece bullir, tal vez más que en los colores, en la fuerza del gesto con el que son plasmados, plantados en la superficie del cuadro que se quiere expresión de la necesidad pero que acaba siendo la manifestación de un relato aferrado a lo vital .
Ante esas obras crujen los sentimientos, las sensaciones corren bajo signos que solo denotan agitación plástica -y lo son- pero que también, cuando los contemplamos, sabemos que son vibraciones de aquella mano impulsiva que los traza, porque esa es la justificación de su acción creativa. Pintura y vida mostrada bajo planos de color y agitación de signos hechos realidad con empastes y texturas. Ese es el todo de esas obras; observarlas es obligarnos a penetrar en lo que vemos y descubrir bajo cada color, en su presencia matérica y dentro de cada línea, el goce de la creación y la vibración que es toda vida, emanada, ahora desde la pintura.