La exposición que Molinero Cardenal realizará en Galería Barbarin, su primera individual desde 2003, supone un repaso a su trabajo de los últimos años.

Para la ocasión se exhiben un conjunto de dos dípticos y diversos cuadros de pequeño y mediano formato, en los que desde la no figuración de caràcter informalista, que el crítico Marín Medina definió como "una revisión crítica y una síntesis de elementos de la pintura matérica europea y del gestualismo norteamericano", despliega todos los recursos expresivos de que es capaz un pintor en plena y esplendida madurez.

En el último trabajo de Molinero Cardenal podemos disfrutar de los resultados de la aplicación sabia de una técnica impecable basada en el trazo amplio y seguro, la superposición de capas pictóricas, los empastes de relieve y los audaces contrastes cromáticos. El pintor soriano es capaz de reunir en sus obras el puro, y tantas veces ... menospreciado, placer retiniano que proporcionan sus ricas epidermis pictóricas, junto a una iconografía personal de formas primigenias y esenciales, que son la huella visible de una existencia rica en experiencias vitales e intelectuales. En palabras de Elena Ruiz, Directora del Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza: "En medio de tanto ruido fuera, estas pinturas invitan a serenarse y a recrearse haciéndonos sentir nostalgia de lo que llamamos, ahora casi como huérfanos, belleza".