La exposición revisita la idea de monumento y funciona como una especie de reconstrucción documental en la que se propone una metáfora de la isla. La instalación en la sala es silenciosa y recuerda extrañamente a un salón náutico: barcos, fotografiados a lo largo de dos años, fondeados sobre la llamada Fosa de San Andrés.

Pero para comprender plenamente el sentido de esta instalación el visitante ha de conocer las claves fundamentales del proyecto, que se relacionan y documentan en la investigación reflejada en el libro que acompaña a la exposición: la represión en la Guerra Civil en Canarias y la Prisión Flotante en Santa Cruz de Tenerife.

Para el artista, 'la metáfora burguesa del barco sobre sublimes horizontes románticos, símbolo de la ... expansión capitalista, se imbrica con la acallada historia de un mar que alberga los cuerpos de cientos de desaparecidos, como cimientos ocultos que aún sustentan a una sociedad que no consigue encarar su responsabilidad y que prefiere evitar lo que sin duda ha sido su mayor tragedia'.

De este modo Socius especula sobre el espacio público como lugar donde se negocia la representación y la reproducción social, y sobre la 'colectividad como proyecto', en una comunidad que necesita urgentemente mirar hacia el pasado y analizar lo que ocurrió para extraer conclusiones, para otorgarle un sentido nuevo y proyectarse hacia el futuro. Adrián Alemán ha señalado: 'El empeño por mantener tantos años los símbolos franquistas en nuestra comunidad, así como el continuado homenaje a las huestes fascistas mientras se mantiene en el olvido a toda una generación comprometida y solidaria como no ha habido otra, bloquea la posibilidad de una sociedad completa. Es algo que reflejan acertadamente aquellas palabras de Sloterdijk que decían que prescindir del pasado es aceptar que somos la respuesta a una pregunta que ignoramos'.