El dolor en la infancia no debería existir, no debería ser real, sin embargo, lo es. Porque la violencia hacia la fragilidad no cesa en el mundo y asistimos impasibles a esa fea realidad, la que cabalga en cada continente a lomo de los seres adultos, los despreciables seres que consienten y miran para otro lado cuando observan el mal infligido hacia inocentes niñas y futuras mujeres en una sociedad incapaz de extirparlo.
SOLAS invita a una reflexión sobre la brutalidad ejercida hacia las niñas y por ende hacia lo femenino. Una mirada hacia la violencia que ejerce una sociedad salpicada por las religiones represivas y patriarcales, en un mundo desigual y de consumismo devastador.
Natalia Alonso Arduengo escribió sobre Silencio (una de las piezas expuestas en Cànem Galería para SOLAS): “Comenzar a pensar es comenzar a estar minado, dijo Camus. Ese día en el que surgen los porqués ya estamos de...lleno en un terreno de batalla poblado por fantasmas: la productividad como meta, el consumo a toda costa, la pérdida de la empatía, el narcisismo...”
Y son las palabras de Luz Mar González Arias (casi un axioma), las que nos revelan el planteamiento de SOLAS: “El interior vacío de las prendas dificulta la exposición corporal que nuestra sociedad normaliza y, a su vez, llama la atención sobre esos cuerpos ausentes que se escapan a la mirada y que son una parte fundamental de la obra.”
ELISA TORREIRA
Entrada actualizada el el 17 feb de 2022
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?