Descripción de la Exposición
Bucear en el álbum familiar propio debería ser como una enigmática disección de uno mismo si fuera posible realmente conocer, al menos, una parte sustancial de las vidas que nos han antecedido.
Bucear en el álbum familiar es darse cuenta de los huecos, del gran vacío, del potente silencio que nos precede.
Apenas tenemos unos recuerdos, retazos de las vivencias compartidas, de aquellos ancestros a los que hemos conocido. Del resto casi nada, tan solo alguna hilacha escuchada de refilón, tal vez en voz baja, como si el pasado estuviera mejor sepultado.
Así, este proyecto es un proceso, un camino, “el viaje milenario de mi carne trepando por los siglos y los huesos”. (1)
He buceado en el álbum familiar y he dejado que me hablen las fotografías.
Me he quedado con las que me han hablado de una manera especial, me han gritado que querían ser intervenidas. Y me he puesto a ello.
Cada fotografía me ha pedido algo diferente. Unas veces ha sido el fotografiado el que ha hablado. Otras, creo que me he sentido interpelada por la mirada del fotógrafo anónimo.
Solsticios y equinoccios es un conjunto de sentimientos privados, de percepciones subjetivas que, gracias al arte, pueden ser universalizados y que buscan prenderse en el espectador, haciendo brotar algo parecido a lo que sintió la artista.
(1) Del poema “Para que yo me llame Ángel González”, de Ángel González.