Somos ríos, somos agua, somos mar Vista desde el cielo la tierra es azul, un azul sin huellas, pero con ritmos y movimientos, flujos y reflujos, a veces murmullos, otras, monotonía, y el agua, con sus movimientos nos hipnotiza, trasmitiendo tranquilidad y calma a nuestra mente. Vivimos en un mundo cargado de estímulos que, con su saturación y tensión, nos impide relajarnos. El agua del mar y de los ríos, con sus movimientos e inmensidad, nos ayuda a descansar por el asombro y la fascinación que nos produce su presencia serena y su eterno cambio. En el agua no hay gravedad, no hay fronteras; el mar, con su generosidad, nos da todo sin pedir nada a cambio. Damos por sentado que su riqueza será inagotable. Un pensamiento nos puede preocupar, ¿y si un día el mar y los ríos desaparecen y sus azules y verdes se apagan? ¿Cuántas veces hemos sentido la necesidad de atrapar el agua entre nuestras manos?