Captar, es extraer, conseguir..., hechos que ha logrado Ángel Barbero a través del objetivo de su cámara.

En esta ocasión nos brinda un conjunto de instantáneas, que además tiene un mayor mérito, ya que trasciende mas allá de lo meramente anecdótico, quiere decir que cuando la imagen que observamos ha pasado a la historia, de aquello que era cotidiano en la vida de una ciudad como Valladolid, forma parte de nuestras vivencias.

'El Penicilino' como popularmente se ha conocido este lugar de tradición con sello de identidad.

Tomar conciencia de que los lugares que conocemos forman parte de la misma vida Ángel Barbero, cumple unos requisitos personales que son dignos de destacar, ... ya que a lo largo de su carrera como él mismo dice 'aficionado a la fotografía', no queda en eso, ya que ha tratado en diversas ocasiones en resaltar elementos que parecen sencillos, pero profundiza y los hace grandes, me refiero a la búsqueda de imágenes como en anteriores ocasiones 'reflejos cristal', viajes con 'imágenes de lo cotidiano ' etc.

Necesitamos enriquecernos nuestra memoria con imágenes como las que nos ofrece Ángel Barbero, llenas de sugerencias y valores plásticos que aborda con dignidad, por su capacidad de esfuerzo y tesón, que en definitiva es lo que logra en cada muestra que nos ofrece, como está ocasión penetrando en el alma de aquel 'Penicilino', lleno de recuerdos en nuestra memoria.