Porque la naturaleza que habla a la cámara es distinta de la que habla a los ojos; distinta, primero, porque en lugar de un espacio conscientemente predispuesto
por el hombre, aparece un espacio tramado de inconsciente.
WALTER BENJAMIN, Breve historia de la fotografía
A través de la fotografía de Ana Torralva descubrimos ese inconsciente óptico desde el que en cada uno de los instantes, gestos o miradas percibimos el duende flamenco, de la misma manera que gracias al psicoanálisis descubrimos el inconsciente pulsional. No existe una definición unánime de lo que es el duende, sino que debemos acudir a lo que han dicho sobre él artistas reconocidos y estudiosos del flamenco. Para Federico García Lorca, el duende “es un poder y no un obrar, es un luchar y no pensar”.
Es en este campo donde indaga Ana Torralva (San Fernando, Cádiz, 1957). Ensimismada y simbólica, es portadora de una imaginación...activa, visionaria, capaz de crear y transgredir viajando más allá de las apariencias. “Teoría y Juego del Duende” es el resultado de un largo proceso de investigación en torno al flamenco durante más de veinte años. El objetivo de la artista y fotógrafa se centra en el mundo de las emociones, del sentir plasmado en una gama de sentimientos atravesados por el dolor, la pena, la rabia, la fiesta y la alegría. Sus instantáneas muestran rostros y detalles que son expresión de un pueblo a través de sus protagonistas, abriéndonos a la revelación de detalles insustituibles de la iconografía jonda, como las manos, cinturas, tacones, palmas… Se trata de una fotografía íntima y emotiva, que atrapa la fuerza y la riqueza del cante, el toque o el baile, ese vasto universo plástico y visual del flamenco, desde el instante efímero hasta el ritmo percutido o el movimiento encarnado en figuras como María Pagés o Rocío Molina.
Trabaja Ana Torralva incansablemente en la búsqueda psicológica de la personalidad artística, que reproduce con una depuración marcada en las formas, características que definen su trabajo fotográfico y que conforman un estilo fuertemente influenciado por artistas referentes en su carrera, como José Lamarca o Colita. Ahonda en esta corriente con series como las dedicadas a Camarón de la Isla y Paco de Lucía o con la pieza inédita del cantaor morisco José Menese, rescatada expresamente para el proyecto que acoge el Museo de Arte Contemporáneo José María Moreno Galván. Destaca asimismo en su trabajo la utilización de secuencias y la fragmentación de la fotografía como un proceso de conceptualización de la imagen, con instantáneas que son captadas en un instante donde aparece el silencio, a veces con aire de contención, otras con atrevidas miradas o cerrando los ojos sumidas en su trance, como ocurre con el retrato de La Paquera. El flamenco la surte así de las herramientas necesarias para captar un punto de vista intimista, con iluminaciones laterales que agudizan los rasgos y dotan de un sentido dramático y expresivo a sus protagonistas.
Otra fuente importante en el proyecto de Ana Torralva es el escritor José Caballero Bonald, que interviene en su trabajo como vehículo transmisor del conocimiento del flamenco y como vía de recuperación de la memoria. Desde ahí, nos muestra las señas de identidad de un pueblo y de su cultura, bajo un ángulo de sensibilidad donde se cruzan el dolor y el placer, y donde se escenifica la situación límite que llega el artista a través del grito reivindicativo y que el espectador percibe en una compenetración retroalimentada.
Comisariado: María José Sánchez Gago y Miguel Ángel Rivero Gómez
Imágenes de la Exposición
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Entrada actualizada el el 04 jul de 2023
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