“The sun shines on nearly everyone” es un recorrido por la trayectoria artística de James Rielly mediante una serie de acuarelas realizadas en los últimos tres años en donde el artista retoma el tema del retrato, con imágenes aparentemente sutiles, pero con ese toque de humor e ironía que han caracterizado siempre su trabajo. La subversión de los roles familiares, las etapas de transición a la vida adulta o la construcción de la identidad son temas sobre los que el artista vuelve una y otra vez en esa búsqueda de tensar los límites para reflexionar sobre la complejidad humana y la fragilidad de nuestra existencia.
James Rielly sabe que el rostro es el lugar de la mirada, el lugar desde donde se ve, pero también donde uno es visto. Por eso, los ojos de sus retratos nos miran impunes, devolviéndonos la sensación de realidad que contrarrestan con los demás rasgos apenas...esbozados. Sus ojos nos incomodan, no porque nos hagan participes de su secreto, sino porque nos enfrentan a nosotros mismos, a aquello que negamos y que solemos ocultar. Nuestra experiencia vital se encuentra transitada por aquellos miedos, heridas y temores que, conforme vamos llegando a la vida adulta, negamos a los demás y ocultamos a través de máscaras que nos impiden encontrarnos con nuestro verdadero yo, pero que también dificultan nuestra relación con el otro. La construcción de la identidad está atravesada por la fragilidad y lo ilusorio de nuestra existencia. Las acuarelas de Rielly nos hablan de esa imposibilidad y fractura en la relación tanto con nosotros mismos como con el otro. Sin embargo, en esta ocasión, parece que nos deja una puerta abierta hacia un lugar de esperanza y reconciliación.
Los rostros de Rielly se convierten en un canal de comunicación directo con nuestro interior. Llegando más allá de lo que se puede ver. La mirada, aquí, se convierte en símbolo, en aquello que nos mantiene vivos y nos conecta con nuestro niño interior, con nuestra parte más pura y real. Cómo decía Cicerón “el rostro es el espejo del alma y sus ojos los delatores”. El artista nos invita, así, con la sutiliza que ha caracterizado siempre su trabajo, a mirarnos a los ojos, quitarnos la máscara para aceptarnos y, quizás, recuperar así aquello que creíamos haber perdido por el camino.
James Rielly nació en Wrexham, Gales del Norte, en 1956, aunque creció en Londres. Fue uno de los participantes en 1997 en la mítica exposición “Sensation: Young British Artists from the Saatchi Collection” en The Royal Academy of Arts de Londres. Desde entonces no ha dejado de exponer en multitud de espacios de todo el mundo.
Su trabajo está basado principalmente en historias e imágenes tomadas de artículos periodísticos, que atraen al espectador a ficciones ambiguas o erróneas siendo instantáneamente reconocibles tanto por su sutileza como por la oscuridad inherente de su mensaje.
Su aparente simplicidad está socavada por una sensación de malestar, una subversión de los roles familiares, un indicio de lo disfuncional a través de sus representaciones de niños que se comportan como adultos y / o adultos que se comportan como niños.
Sus pinturas han sido objeto de exposiciones individuales como Sensible ways, Musee des Beaux-arts de Nates, Francia 1997; Centre d’art Nauchatel, Suiza 1998; La Box, Bourges, Francia 2014; Beaux-Arts de Paris, des dessins Jean Bonna 2015. Ha participado también en exposiciones colectivas como la Colección Sensation-Saatchi, Royal Academy, Londres 1997; Perspectiva, Atenas 2003, comisariada por Christos M Joachimides; Donación Florencia y Daniel Guerlain, Centro Pompidou, París 2014 y Pensando en las cosas a lo largo de 2016 en New Art Projects.
James Rielly actualmente vive y trabaja en Francia, es profesor en las Beaux-Arts de París.
Entrada actualizada el el 18 ene de 2022
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