Ramón Crespo nos presenta un conjunto de obras producidas en el curso de este último año. Son paisajes verticales que alcanzan a menudo dimensiones murales que invitan a una experiencia espacial, a una vivencia personalizada en cada uno de nosotros.

La muestra ha sido titulada "Tierra y asfalto" porque sintetiza los dos grandes escenarios cromáticos que la encuadran: el de los ocres, marrones y verdes por una parte, y el de los negros, grises pizarra y blancos por otra. También, porque se convierte en metáfora de cómo lo natural y lo urbano son capaces de compartir protagonismo en su propuesta artística.

Recordemos que en verano de 2006, con motivo de su individual celebrada en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid, mostró un lenguaje abstracto surgido del recuerdo de horizontes y mares.

A partir de entonces ha reflexionado especialmente sobre otro de los aspectos del paisaje, añadiendo a las anteriores consideraciones simbólicas ... el énfasis en su intrínseca materialidad. La naturaleza, y su interpretación artística, como un asunto sobre todo táctil, como una piel que la pintura puede recrear y convertir en una poderosa sensación que compartirá el público que asista a la muestra.

El lenguaje se ha complicado con el dominio de la técnica mixta, en superficies donde se han ido depositando, como estratos, sucesivas capas de materia y de materiales: arenas de diverso grosor, ceniza, pequeños cantos rodados… sobre los que en ocasiones el artista ha dejado pistas de su intervención: líneas negras irregulares, huellas de rueda de bicicleta, etc.