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Óleos sobre diversos soportes (lienzo, tabla y papel) ofrecen un exhaustivo discurso pictórico que encuentra su origen en la naturaleza.

Los motivos referentes al entorno del Ebro a su paso por Calahorra (La Rioja) protagonizan el tema de su última obra.

Su continua dedicación al arte del dibujo es significativa en la obra de Garrido. Tan merecedora de ser conocida como su pintura, a la que complementa para comprender mejor su proceso creativo.

Son dibujos de entidad autónoma (tinta, grafito, carboncillo y aguada), realizados de manera paralela al trabajo pictórico. Y siempre con un leitmotiv necesario en su creación: el contacto directo con el asunto pictórico y su consecuente práctica del natural, que alterna con la reflexión del estudio.