“Tokyo blur” es el nombre del nuevo proyecto realizado en Japón por el artista barcelonés. El cuarto basado en la ciudad de Tokio. Y su tercera exposición individual en Barcelona.
“Estoy en Tokyo. Es de noche y está lloviendo. Todo se difumina a mi alrededor. Los rostros, las luces, los momentos vividos. Yo mismo siento que me desvanezco, que pierdo el control. Lejos de inquietarme, me inunda una sensación de quietud, de reconocimiento y de renovación. Más allá de las primeras brumas que dificultaban mi visión, todo se presenta ahora con una claridad diáfana, cristalina. Empiezo a hilvanar mi vida para tratar de comprender por qué he venido hasta aquí”. (César Ordóñez)
La exposición consta de cerca de cincuenta obras en blanco y negro, en su mayoría nocturnas y en muchos casos cercanas a la abstracción. Que nos transportan a una ciudad de Tokio enigmática, sensual y tal como indica el título, “desenfocada”.
Tal como explica el autor,...el desenfoque al que hace mención tiene una intención metafórica:
“Cada vez que estoy en Tokio, hay muchas cosas que no acabo de entender y que seguramente no llegaré a entender nunca, y no solo por la dificultad del idioma, a pesar de hablarlo un poco. Muchas situaciones aparecen “desenfocadas” a mi alrededor. Posiblemente sucede algo parecido cuando estamos en nuestro entorno habitual, pero cuesta más darse cuenta. Tomar conciencia de esa realidad, de esa falta de nitidez. Aceptando que es imposible ejercer un control absoluto sobre todo lo que nos ocurre en la vida, nos libera y permite una comprensión más consciente de nuestro devenir diario”.
La exposición está planteada como una narración –igual que el libro sobre este proyecto, que se presentará más adelante–. Como un breve relato o ensoñación, por el cual vamos viajando –a través de diversas manifestaciones de la dualidad humana–, hacia la búsqueda de la comprensión íntima de nuestro papel en la vida.
