"La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe", Jacinto Benavente
José Antonio Reyes (1976, Olivares), maestro de la ironía. Lo afirmo tan rotundamente porque en todo momento sus gestos, miradas y palabras denotan una profunda decepción por las cosas de la vida. Desde su identidad como artista, hasta la problemática taurina en Cataluña, le preocupan sobremanera, y cuando digo "sobremanera", me refiero a que ocupan gran parte de sus procesos mentales. Pero si otra cosa conozco de Reyes es su instinto superviviente. Por ello, no le quedó otra opción que, parafraseando a mi admirado Benavente, convertir el llanto en carcajada, o como popularmente decimos, "quitarle hierro al asunto".
No entendía muy bien en qué consistía eso de ser pintor y comenzó burlándose de sí mismo (Contorsionistas, 2007). Continuó mostrándonos, con grandes dosis de humor, el "mundillo del arte" a través del Cine (Hablando de arte, 2011/2012); y ahora, presenta...su nuevo trabajo al público "Toreo de Salón. Un proyecto para Cataluña", con el que pretende hacernos reflexionar sobre el absurdo de las políticas en nuestro país y su puesta en marcha.
La gota que colmó el vaso fue la noticia que salpicó las portadas de nuestros periódicos y telediarios allá por julio de 2010: "CATALUÑA PROHÍBE LOS TOROS". Sin duda, un tema que levantaría ampollas por tener como trasfondo la defensa de la identidad catalana frente a la identidad española. De repente, la tauromaquia catalana, con un reconocidísimo recorrido histórico, desaparecía tras una cortina de humo en la que se entremezclaban estrategias políticas, lamentos de los aficionados y el cierre de la Monumental como plaza para la lidia de toros.
Sin posicionarse a favor o en contra, José Antonio Reyes decide desarrollar una serie de vídeos y dibujos que evidencian (en el peor de los sentidos) esos "tira y afloja" de la clase política, cuyas decisiones acaban arrastrando nuestras vidas a un marco ridículo y disparatado.
"Yo no he quitado el toro, lo han hecho ellos", es la justificación base que le lleva en primera instancia a apropiarse de tres vídeos taurinos colgados en Internet, para posteriormente borrar fotograma a fotograma el toro de la faena. La sinrazón y la sorpresa se apoderan del espectador cuando observa al diestro José Tomás haciendo un derechazo a un astado invisible, o al maestro Fandi clavando unas banderillas en el aire.
Del mismo modo ocurre con sus dibujos de plástica minimalista (Tinta sobre papel), sacados de fotografías de la prensa taurina. El sensacionalismo y la espectacularidad de la fotografía taurina queda mermada por completo cuando Reyes hace desaparecer al bovino de cogidas, verónicas y chicuelinas. La figura del torero queda descentrada, solitaria, necia y en muchas ocasiones herida.
Un trabajo sugerente que abre múltiples cuestiones: ¿Quién es el protagonista de la fiesta taurina, toro o matador?; ¿Son nuestros actuales políticos ese astado invisible que pretende derribarnos?; O ¿Cual es el grado de absurdo al que podemos llegar los ciudadanos? En definitiva, José Antonio sitúa frente a nuestros ojos un espejo que nos devuelve la imagen de la sinrazón cotidiana en que estamos sumergidos, consiguiendo el rubor en algunos, la sonrisa en otros, y en aquellos desprovistos de sentido del humor, la indignación y el enfado.
Regina Pérez Castillo
Entrada actualizada el el 25 jun de 2014
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