Esta muestra desarrolla el anterior trabajo de Astrid Colomar (Palma, 1970) titulado Sanguis materna (Museu d'art Modern i Contemporani Es Baluard, 2010). El rojo que caracterizaba aquella intervención constituye el hilo conductor de esta nueva serie en la que se retoma el concepto de maternidad conectado con la fuerza creativa y con la transmisión de la vida en sus diferentes formas y expresiones. Este color está presente en todas las piezas actuando como elemento aglutinador y portador del impulso vital que todo lo transforma.

En estos nuevos trabajos se traspasa el entorno íntimo de lo materno-filial y a partir de él se profundiza en la idea de trasformación de la materia y en la identificación entre la carnalidad, y el pensamiento o la conciencia. Este proceso de sustanciación alcanza a la propia naturaleza física del hombre pero tiene su reflejo ... en los hábitos, creencias y conductas relacionados con la creación, muerte y transformación de la vida.

Así, la humanidad, a través de la memoria expresada en los objetos usados, en las imágenes fotográficas, y en los grabados que conforman las piezas, muestra su condición histórica, cultural y biológica. La pintura -medio preferente de expresión de la artista-, en esta ocasión se presenta de forma objetual a través del color rojo de los materiales de las piezas y mediante las pinceladas recortadas. Además de los objetos, el video y la palabra escrita y pronunciada intervienen como elementos clave para impulsar esas dinámicas que conforman la fisicalidad y a partir de ahí, la Conciencia de Humanidad y la integración del hombre en toda vida terrestre de forma equilibrada.

El objeto es además contemplado como depositario de conocimiento, conciencia y simbología. Un objeto que es, necesariamente, de coleccionista porque se toma del pasado para prestarse a una interpretación en el presente, (entendido así como legado) de modo que se proyecta también hacia el futuro para generar a su vez nuevas recepciones entendiéndose, pues, el conjunto, desde un enfoque hermenéutico.

La intervención sobre estos objetos del pasado mediante assamblages y collages, los dota de nuevos significados, produciendo un caudal de asociaciones simbólicas que permiten la construcción de sentido. Estos collages (sin pegamento, unidos también mediante objetos: los alfileres) y assamblages se reúnen en grupos para ir formando distintos ámbitos a lo largo de la exposición:

1.-Junto al torrente sanguíneo pintado sobre papel se alojan fotos del pasado coleccionadas. Éstas, intervenidas con pinceladas recortadas de ese flujo sanguíneo, atestiguan esa idea de pasado y de trasmisión cultural.

2.- La animalidad del hombre y la alusión a la idea de agresión y muerte centrada en el vínculo existente entre creación-destrucción está presidida por el trofeo de caza de un ciervo y la presencia de instrumentos letales.

3.-La idea de trasformación y de la manifestación de los distintos procesos vitales, ilustrados a través de mecanismos biológicos de la propia vida, tiene las mariposas como foco central.

4.-La mujer y la feminidad están presentes a partir de su fuerza vital generadora y terrenal, o su sexualidad creadora.

5.-Los ritos de paso incluyen la imagen del pájaro sobrevolando todas las piezas.

Todos estos ámbitos contienen una mesilla auxiliar que representa ese nexo entre lo terrenal y lo espiritual, esa 'puerta que siempre vuelve a conducirte a ti mismo'-como dice la artista-, y que preside cada conjunto de piezas enlazando unas con otras.

Y, finalmente, el video en el que azul y rojo se funden en una misma imagen; materia y espíritu fusionados por la palabra. Una palabra que también está presente -grabada- en alguna de las obras (con el auxilio de esa fuerza física que le interesa destacar), pero que aquí, en el video, es palabra pronunciada, retomando de nuevo esa conjunción entre el soporte físico (la voz y la entonación como consecuencia de todos los órganos que intervienen en ella) y lo que expresa. Una pieza visual y sonora en la que se concatenan palabras que contienen el prefijo TRANS y que, con los círculos concéntricos en expansión acompasando el pulso cardíaco, remite de nuevo a la idea de transmisión y unión de la materia con la conciencia.

Esta es la tercera muestra del ciclo Transferencias en el que se analiza la impronta en las manifestaciones artísticas de los trasvases culturales entre Oriente y Occidente. El interés por el ciclo de la vida y las preguntas acerca de la naturaleza del espíritu son cuestiones que atañen a ambas culturas y esta exposición toma referencias de las dos: el enciclopedismo de las fotos, ilustraciones y grabados europeos del siglo XVIII, XIX y XX se funde con la utilización simbólica de elementos de la naturaleza como pájaros, mariposas y flores con los que las culturas orientales expresan las más complejas emociones y reflexiones filosóficas.