Bajo el título de “Trashumante (a cuestas)” Jacobo Castellano presenta sus últimas obras en la que es su primera exposición individual en el espacio de Santander de la Galería. La exposición está realizada en colaboración con la galería suiza Mai 36 Galerie de Zúrich. En esta ocasión, nos muestra una conjunción de esculturas y óleos que nos llevan a la tradición y al pasado.
Para ello, reutiliza y recontextualiza materiales, como antiguas vigas u objetos que busca incesantemente en anticuarios, mercados y otros espacios. Estos objetos, que emanan una historia propia, recogen los propios recuerdos del artista en sus ensamblajes, dando lugar obras de gran intensidad y significado personal. Sin embargo, en muchas ocasiones ese motivo personal, ese viaje al pasado, conecta con el propio pasado del espectador, vinculándose así artista, obra y visitante.
Como jienense afincado en Madrid, Castellano realiza varias veces al año su particular trashumancia. Se podrán encontrar dos...constantes en la exposición: por un lado, los bastones, que nos llevan a identificar el acto del largo viaje, la acumulación de experiencias y por otro, el uso del olivo, a través del cual nos traslada a su Jaén natal. Este viaje de ida y vuelta habitual y periódico que aún realizan los pastores en la provincia de Jaén, lo recuerda en dos las piezas de mayor tamaño: Campano y Pastor. En la primera, con una estructura que recuerda a los restos de una construcción, como una pequeña cabaña o refugio que se empleaban durante los descansos de las largas jornadas de camino a pie, bastón en mano. En la segunda, el material más destacado es el olivo, inevitablemente identificado con el paisaje andaluz y la sombra en la que ganaderos y agricultores han descansado durante siglos. Acompañan a esta peculiar recreación de los elementos de la trashumancia andaluza, dos Trébedes, hoy día prácticamente en desuso y que se pueden ver casi exclusivamente en museos etnográficos, y una Hoguera, elementos no solo característicos de estos largos viajes estacionales, sino también de muchas noches de verano en las zonas rurales a la luz de las estrellas. Esos cielos estrellados, difíciles de ver hoy en día incluso en zonas cercanas a núcleos de población por la contaminación lumínica, también están presentes en la exposición: es la serie Constelaciones, linos con numerosas capas de óleo intervenidos con herramientas más propias de la escultura que de la pintura, que nos envuelven para recrear esos paisajes nocturnos que aún pueden disfrutarse en el campo.
Como ya se ha podido deducir en algunas de las piezas anteriores, en la obra de Castellano, la memoria, sus recuerdos de la infancia, tiene una especial relevancia que se ve reflejada especialmente en esta exposición. Fue un momento importante cuando le diagnostican una fuerte alergia a la leche que ha condicionado en gran manera su vida. Un recuerdo de ello es Licor de leche, en el que en un bastón ha escrito una receta para esta bebida. En Puerta, nos lleva a los veranos en su pueblo, Villargordo, al cine que tenía su abuelo y que no necesitaba señalización por ser el único que había en la zona. La apertura de un cine en zonas rurales a mediados del siglo pasado suponía una revolución en las gentes de la zona (inevitable pensar en Cinema Paradiso), quienes descubrían no solo un modo nuevo de entretenimiento, sino también una ventana a la imaginación, a aventuras y al descubrimiento de lugares, historias y vidas totalmente diferentes a las suyas.
Jacobo Castellano es Licenciado en Bellas Artes en la Universidad de Granada y actualmente vive y trabaja en Madrid. Sus trabajos se centran en la experimentación escultórica mediante la exploración del concepto de memoria, reutilizando objetos tanto propios como recopilados en tiendas y mercadillos, dotándoles de un nuevo contexto, con el fin de generar imágenes que permitan una identificación tanto desde un punto de vista personal como colectivo, oscilando entre lo histórico y el presente más inmediato.
Entre sus individuales, destacan la reciente instalación de una obra pública en la Kartoffelmarkt de Zurich, y las exposiciones en Mai 36 Galerie de Zurich (2020), riflepistolacañon en Artium (2019), Sobre burlas, juegos y brechas, en Centro José Guerrero (2017), Aprendiendo del Albaicín en Kunsthalle Sao Paulo (2015), Malos tiempos en Casal Solleric (2010) o Jacobo Castellano. The Solo Project en Basel (2009). También ha formado parte de colectivas en Centro Botín, CA2M, MUSAC, Patio Herreriano, Kunst- und Kulturstiftung Opelvillen Rüsselsheim, DA2Artium, Appleton Square Lisboa, Jordan National Gallery of Fine Arts o la Fundación Gabarrón. Su obra forma parte de colecciones como ARTIUM, CAAC, Colección Olor Visual, Colección Pilar Citoler, Fundación Sorigué, Fundación Montenmedio Arte Contemporáneo, Kunstsammlung der Schweizerischen Mobiliar Genossenschaft, Fundación DV, Fundación Botín o en la Colección del Consejo Superior de Deportes.
Entrada actualizada el el 17 ago de 2020
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