La naturaleza, fuente de inspiración fundamental para muchos artistas, es también el punto de partida de los últimos trabajos de Raquel del Val, que después de exponer en 2020 en el Cuarto de invitados 2, despliega en la galería de Santander la exposición que lleva por título Trazos naturales.
Contrastando con una anterior etapa más centrada en las estructuras biológicas del cuerpo humano y ciertas derivas surrealistas, su obra da un giro significativo motivado, entre otras cosas, por las impresiones recibidas en un viaje realizado a La Palma, poco tiempo después de la erupción del volcán: “Me sorprendió la gran variedad de elementos naturales del paisaje y su longevidad, incluyendo la reciente erupción volcánica que ha modificado tanto el entorno convirtiéndolo en algo aún más especial. Observar de cerca cómo este hecho natural ha generado un impacto tan grande en las condiciones de la isla y su paisaje, me ha...llevado a reflexionar en la gran capacidad que tiene la naturaleza para seguir desarrollándose según su ciclo natural. Algunas de las obras expuestas están inspiradas en varios de estos elementos naturales, en especial, los colores del volcán, las mareas de ceniza, las salinas, las formaciones rocosas y la exuberante vegetación”.
Cuando vuelve a Cantabria, sus reflexiones se unen a la experiencia del contexto cotidiano en su pueblo natal, Somahoz, donde la naturaleza convive con los recintos industriales y fabriles de la zona, que también ejercen su influencia con colores y texturas. Sin embargo, el componente definitivo que caracteriza estos nuevos trabajos tiene que ver con el gusto de la artista por la filigrana, por el dibujo libre y abstracto a través del cual va a desarrollar lo que parecen alfabetos inventados, trazos que sugieren exóticas notaciones musicales, danzas de líneas que a modo de coreografías se distribuyen por el lienzo. Estos curiosos recorridos cúficos van a pautar las abstracciones formadas a base de pigmentos expuestos al agua de lluvia, en una performance de catarsis que introduce en la obra el azar y la transformación fuera del control de la artista. Los fondos resultantes, ricos en veladuras y sorprendentes efectos plásticos evocan los procesos naturales y el comportamiento de la materia, y dialogan con la línea juguetona, inspiradora de lenguajes que podrían tener la capacidad de inaugurar ideas nuevas.
Además de las obras sobre lienzo y aluminio, se exponen también varios Brotes, instalaciones de pared a base de piezas textiles que establecen curiosos juegos formales. Representan en volumen las misteriosas caligrafías y están estampadas con las mismas aguadas que los cuadros de los que parecen haberse escapado, independizadas, conteniendo en su superficie las texturas de la naturaleza y el comportamiento creativo de la materia.
RAQUEL DEL VAL (Somahoz, Cantabria, 1997) es Máster en Museología y Gestión de Museos por la Universidad a Distancia de Madrid y Grado en Arte, Minor Pintura, UPV-EHU, País Vasco.
Entrada actualizada el el 05 feb de 2024
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