Exposición en Málaga, España

Turdus merula. O un recorrido por la primera casa donde vivi. Conceptual Andalusia. Vol. VII

Dónde:
Galería Isabel Hurley / Paseo de Reding, 39 - Bajo / Málaga, España
Cuándo:
24 ene de 2020 - 14 mar de 2020
Inauguración:
24 ene de 2020 / 20:00
Precio:
Entrada gratuita
Organizada por:
Artistas participantes:
Descripción de la Exposición
I Podría partir de la base que “Turdus merula o un recorrido por la primera casa donde viví” es un proyecto fallido, pero comenzar un texto con esta frase tan doliente me produce un enorme rechazo: no es el momento de aflicciones, este proyecto -como deben ser todos- es un motivo de celebración. Pero sí, aceptémoslo, ciertamente en este sistema metodológico en el que se ha convertido mi práctica artística, el cálculo inicial de lo que debía ser y realmente no ha sido constituye un fallo manifiesto: no apareció la forma deseada; todo ha resultado a medias (o, probablemente, no). ... II Desde hace un tiempo mantengo la costumbre de titular los proyectos antes de comenzar a realizarlos. Con esa acción primera, el título se desliza poderosamente a la doble condición de título y de emblema; entonces, como el que va a una batalla y canta la letra de una alentadora canción, el eco musical del título resuena en mi mente durante todo el tiempo que dura la realización del proyecto. Esa frase, que surge un día cualquiera y que recuerda a todos los libros que uno ha leído, a todos los discos que ha escuchado, a todas las películas vistas o a todas las pinturas observadas, encabeza la marcha continua hacia ese territorio desconocido que hemos decidido denominar proyecto; pero que -a poco que nos movamos dentro del mismo- bien se podría denominar “casa”. Este proyecto –o esta casa-, en un principio, no se titulaba tal y como se puede leer en el comienzo de esta hoja de sala; siempre se tituló: “Turdus merula o todas las casas donde he vivido más de tres meses”. Únicamente en el cambio de nombre radica la sensación de fracaso que me alberga; por lo demás, todo es una enorme celebración. Aún así, la parte sistemática de mí mismo se empecina en resaltarlo: “es fallido”. III El listado de “todas las casas donde he vivido más de tres meses” es: 1. Chalet La Pardilla. Calle Tilo, 7. Jerez de la Frontera (Cádiz). 2. Urbanización Parque de Capuchinos. Plaza de el Caballo, 3. Jerez de la Frontera (Cádiz). 3. Plaza Peones, 9, 1º F. Jerez de la Frontera (Cádiz). 4. Calle Virgen de Luján, 11, 3º A. Sevilla. 5. Avenida de la Borbolla, 65, 3º A. Sevilla. 6. Erasmus Park, Easton Lane, Winnall. Winchester. 7. Una calle la cual no recuerdo el nombre en Utrecht. 8. Calle Macasta, 2. Sevilla. 9. Calle Divina pastora, 10, 2º Derecha. Sevilla. 10. Calle Divina pastora, 10, 2º Izquierda. Sevilla. 11. Calle Mariblanca, 21, 2º Derecha. Málaga. 12. Calle Santa María del Pino, 20, Local. Guadalcacín, Jerez de la Frontera (Cádiz). 13. Paseo de las Delicias, 15, 4º B. Madrid. 14. Avenida Cayetano del Toro, 15, 2º B. Cádiz. 15. Calle Atarazanas 15, 4º B, Málaga. 16. Calle Presidente Rivadavia, 2, 2ª planta. Cádiz. 17. Calle Herrera 11, 2ª planta. Málaga. 18. Calle Lagunillas 18, 2ª planta. Málaga. IV Ahora bien, debemos considerar que si el título del proyecto, esa frase ondeante enarbolada en lo alto del asta que blandí mientras realizaba el proyecto, cambió cuantitativamente desde “Todas las casas…” hacia “la primera casa donde viví”, un condicionante transcendental debió ejercer una presión enorme para darme por vencido, para abandonar cual rendición el tarareo del himno de la nación del proyecto. Esta hoja de sala es una hoja de sala mea culpa: un intento de dilucidar dicha fuerza mayor. V En un principio este proyecto tenía forma de libro: el libro que describe las 18 casas donde he vivido durante más de tres meses a lo largo de mis casi 48 años. En mi tendencia ilusa a otorgarme la condición de la objetividad ideé escribir una relación detallada, objetiva y precisa de todas y cada una de esas casas. La norma primera exigía un relato descriptivo sin el menor atisbo de subjetividad sobre lo vivido; un mero catálogo, un listado de espacios y objetos. La propuesta inicial debía resultar próxima a los paradigmas de trabajo de James Agee y Walker Evans en Elogiemos ahora a hombres famosos1, repleta de descripciones frontales tanto en el texto como en las fotografías prístinas de Evans; por otro lado, debía situarse totalmente alejada del formato “memorias”, siempre dado a la unión entre las vivencias y las casas habitadas 2. También concebí –desde la atalaya profética del yo sistemático que prescribe las normas que rigen los proyectos- que la documentación de dichas casas a través de la imagen fotográfica se me antojaba en los márgenes de la imposibilidad, debido a que dicha tipología fotográfica -la relativa a la arquitectura- se aleja de la estrategia creativa que he ido realizando en los últimos años: la adopción de los modos propios de la comunicación visual de la ornitología (desde donde deseo mirar); pero, principalmente, desde la convicción de que los lugares a fotografiar cambian inexorablemente con el paso del tiempo; sin embargo, los recuerdos se pueden desvanecer entre las brumas matutinas del pasar de los años… neblinas que desaparecen en el mediodía de la recapitulación escrita consciente, esa que permite aflorar el detalle preciso. Así, originariamente, la forma final preconcebida de esta exposición se estipulaba en la disposición de una mesa, una silla y un flexo en el centro de la sala. Sobre la mesa se presentaría un único ejemplar del libro a disposición de cualquier persona interesada y, en las paredes de la galería, de manera adjunta (casi residual), las fotografías realizadas a una población de mirlo común (Turdus Merula) residentes en una zona concreta de la ciudad donde vivo actualmente: Málaga. Por lo tanto, todo el protagonismo del proyecto recaería en el acto de transmisión escrita-leída a través de un único libro de descripciones objetivas. Espoleado por el beneficioso acto de la recapitulación en cuanto que terapia, me senté delante del ordenador y con parsimonia creé un nuevo documento. Al igual que en los cánticos estimulantes que entonaba durante el trabajo de campo, titulé con enjundia -exactamente igual que en este texto- la primera página con tres primeras líneas, a justificación centrada y en negrita: Turdus merula O todas las casas donde he vivido más de tres meses Juan del Junco Tras esas tres líneas comencé a escribir todo lo que recordaba. Sin tener conciencia de seguir correlativamente la línea de tiempo –al igual que en esos comienzos tan repetidos y normalizados del “yo nací el…”- empecé a describir concienzudamente la primera de las casas donde he vivido más de tres meses. En esa casa viví hasta los 14 años. El texto original comenzaba así: 1. Calle Tilo, nº 7 Chalet La Pardilla, Jerez de la Frontera (Cádiz) «Es más que probable que la primera casa donde recalé tras venir al mundo fuera el chalet "La Pardilla”. Desconozco en qué clínica u hospital mi madre dio a luz el día de mi nacimiento, pero es casi seguro que mis padres y mis hermanos mayores ya estaban instalados en esa enorme casa en el momento que llegué a la vida. Las ideas referentes a esos años son vagas y difuminadas, en parte las debo a algunas fotos antiguas vistas en los álbumes y a algunos comentarios oídos hace años en las conversaciones familiares: esas conversaciones, donde uno o varios miembros de la familia se reúnen en torno a la memoria, en la pregunta continua, en el acto responsable de la tradición oral entre generaciones. La casa era un gran chalet en una de las zonas acomodadas del pueblo: un nuevo barrio llamado Montealto, donde a partir de los años sesenta se había expandido la población en una sucesión de enormes chalets unifamiliares con parcelas ajardinadas.» VI La fuerza mayor por la que anteriormente nos preguntábamos se presentó impertérrita unos días después frenando en seco la escritura: la simple descripción de la cancela de entrada a la casa empleó más de dos páginas; no había entrado siquiera dentro de la vivienda y llevaba cinco páginas más; la sala de estar -aparentemente una pequeña habitación de la casa- ocupó casi otras siete. Aún quedaba por describir las habitaciones, la cocina, el salón, el cuarto de los bichos, todos los jardines repletos de árboles y plantas, sus flores, las perreras… cientos de libros, objetos, cuadros… Paulatinamente albergué, perplejo, un temor factible: jamás terminaría de relatar cómo eran las 18 casas donde he vivido más de tres meses. Peor aún, cabía la posibilidad de que fuese incapaz de finalizar la descripción de aquella casa primera. Para terminar de rematar el deseo apareció otro freno. La primera intención, la de la objetividad y la descripción precisa, saltó por los aires en el momento en que fui consciente de que realizando ese recorrido por la primera casa donde viví había incluido una profusión interminable de sucesos, sentimientos, emociones y anhelos. Como en todo mi trabajo, la condición inicial (o, probablemente, no) de lo objetivo, lo sistemático, lo claro o lo serial, había resultado fallida. La vuelta de tuerca que giraba el proyecto 180 grados -una herramienta constante en mi trabajo- tenía esta vez un veto implícito. VII Varios días después de abandonar la escritura del libro hojeando una libreta utilizada dos años antes, aparecieron -a modo de señal- unos apuntes con una listado de proyectos por hacer: “El libro imposible de todas las aves que vuelan sobre mí” “El libro imposible de todas las piedras que me gustan” “El libro imposible de todos los árboles que hacen grupos” “El libro imposible de todas las olas que rompen en la orilla” “El libro imposible de todas las rocas que emergen con las mareas” Podría haber incluido en aquel listado “El libro imposible de todas las casa donde he vivido más de tres meses”. VIII El mirlo común (Turdus merula) (Linneo: 1758) es un ave perteneciente a la familia Turdidae y al género Turdus que habita ampliamente a lo largo de todo el Paleártico. De tamaño mediano (puede llegar a medir 30 centímetros), habita tanto en entornos naturales como en núcleos humanos. Su figura es fácilmente reconocible: un pájaro negro con el pico y el anillo ocular amarillo (aunque las hembras son de color pardo y sus picos son negros). En las ciudades y pueblos se suele avistar en los parques y jardines picoteando en el suelo en busca de alimentos, principalmente insectos y lombrices, aunque también se alimenta de frutos y bayas. El periodo de reproducción comienza en el mes de marzo y finaliza en julio. La hembra puede sacar hasta tres puestas. A fin de recabar datos sobre la población de mirlos comunes de la zona este de la ciudad de Málaga, en este proyecto se estableció una metodología de trabajo a través de varios recorridos por Pedregalejo, Cerrado de Calderón y El Limonar durante el la época de cría de la especie. El método consistió en avistar individuos, realizar fotografías de los mismos, y anotar fecha, hora y lugar de avistamiento. Posteriormente se traspasaron dichas localizaciones a una cartografía del área en cuestión, estableciéndose varias triangulaciones entre dichos puntos. Para terminar, se calculó la distancia entre los lugares de observación. En la península ibérica, la mayor parte de la población -a excepción de algunos movimientos de dispersión local y de la visita invernante de ejemplares migrantes procedentes de centroeuropa- son sedentarios. IX Hace aproximadamente 8 años abandoné la condición de sedentario y comencé un recorrido nómada que me ha llevado a vivir en siete casas diferentes. Ese recorrido nunca es deseado. Debido a circunstancias profesionales he ido de ciudad en ciudad, y he acabado por sentir un cansancio enorme y una amarga sensación de precariedad al no saber donde acabaré al año siguiente. Las zonas elegidas para este falso censo lo fueron por ser el recorrido existente entre la casa donde vivía cuando comencé el proyecto –de nuevo he vuelto a cambiar de casa- con la galería Isabel Hurley, lugar donde se presenta este trabajo. Son, sin duda, algunas de las mejores zonas -acomodadas- de la ciudad de Málaga. Al recorrer sus calles desde la condición del nómada, uno se da de bruces con la sensación de estar en territorio vedado. Únicamente desde la posición del ornitólogo amateur (amateur y amar tienen la misma raíz –el que ama-), del diletante (el que se deleita), he sido capaz de recorrer sus calles sin sentir ese veto, probablemente porque desde esa posición siento que estoy en mi primera “casa” (la de los proyectos). La primera casa física donde viví está localizada en una zona muy similar a las que se han recorrido para este trabajo. Es por ello que la posibilidad de descripción objetiva de la misma en el ya Libro imposible de todas las casa donde he vivido más de tres meses estaba vetada per se. Tal vez, si hubiera comenzado el libro describiendo la casa donde vivo actualmente –que no será la última- podría haber aceptado la condición de ser objetivo, taxonómico, certero, sintético… Al comenzar la escritura por lo más lejano a mi realidad presente acarreé el peso de lo que jamás volverá y de lo que ya no soy pero sí deseo ser (ver nota al pie*). Caminando por esas calles formadas por “una sucesión de enormes chalets unifamiliares con parcelas ajardinadas” en busca de los mirlos estaba haciendo un recorrido por la primera casa donde viví, por lo que hemos de concluir que el proyecto no es fallido: con hacer el recorrido bastaba, no era necesario escribirlo. 1 AGEE, J y EVANS, W, Elogiemos ahora a hombres famosos, Barcelona: Planeta, 2008. 2 Ver AUSTER, P, Diario de Invierno, Barcelona: Anagrama, 2012 * Nota: acatando la imposibilidad de ser objetivo y sistemático, se ha determinado incluir -a modo de sortilegio- varias fotografías de los mirlos comunes que habitan en el campus de El Ejido de la Universidad de Málaga, lugar donde desempeño actualmente mi empleo y donde deseo volver a ser sedentario. Breve CV (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1972) Juan del Junco ha expuesto en instituciones públicas como Es Baluard; CAAC, Sevilla; MUSAC; CAC, Málaga; Matadero, Madrid; Casa Encendida, Madrid; Centro de Arte de Alcobendas; Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid; Pratt Manhattan Gallery, Nueva York; Fundación BBVA, Madrid; O CICUS, Sevilla, entre otras. Su obra está en colecciones institucionales privadas como INELCOM, Madrid, Coll-leció Per Amor a l´Art, Valencia; o DKV; privadas como Circa XXI, e institucionales públicas, como MUSAC, Artium; CAAC, Sevilla; Es Baluard; CAC, Málaga; Fundación Caja Madrid; Circa XXI (Pilar Citoler); Madrid; Colección INELCOM, Madrid; CICUS, Sevilla; o Fundación Unicaja, entre otras.

 

 

Entrada actualizada el el 20 ene de 2020

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